En nuestra sociedad siempre han existido personajes que entregan su vida y profesión para servir a los demás y esta ocasión, y como ya es costumbre, cada inicio de temporada en Ciudad Juárez hacemos un pequeño reconocimiento para recordar la trayectoria taurina de un servidor a esta hermosa fiesta. Ahora, toca turno al doctor César Santos Vargas, cuya trayectoria es muy interesante.
Nació en el puerto de Veracruz el 27 de agosto de 192; sus estudios primarios los realizó en la escuela "Francisco J. Clavijero", su secundaria en la Secundaria Nocturna Número 5 y su preparatoria la llevó a cabo en la escuela de Secundaria y Bachillerato de Veracruz. Su instrucción profesional fue en la Facultad Nacional de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México de 1949 a 1956, siendo su especialidad en nefrología y cirugía general.
Al ser pasante de medicina se trasladó a nuestro estado y así cumplir con su servicio social en Guadalupes, Distrito Bravo, Chihuahua, y al concluir con su servicio en 1957 lo nombraron jefe del Centro Materno Infantil, por parte de la Secretaría de Salubridad y Asistencia Pública en la misma entidad, cargo que ocupó hasta 1960.
El doctor Santos Vargas fue además médico residente de la Cruz Roja Mexicana desde 1958 y en ese año fue invitado a colaborar por el doctor Luciano Morales, jefe de los servicios médicos de la plaza "Alberto Balderas", como su asistente, cargo que sostuvo por algunos años, colaborando años mas tarde con los médicos Ramón Rodríguez Miranda y Jesús Castillo Acuña, con quienes participó en círugias por cornadas de asta de toro en la Clinica del Perpetuo Socorro.
En el verano de 1970, los matadores de toros Jaime Bravo y Curro Rivera pasaron a visitar al doctor César Santos a su clínica Santa Rosa, con el fin de proponerle para invitarlo para que tomara las riendas como jefe de los servicios médicos en Ciudad Juárez por parte de la Asociación de Matadores, siendo un halago y honor para él por el cariño que le tiene a la Fiesta.
Santos Vargas se ganó el cariño, el respeto y admiración de todos los toreros mexicanos y extranjeros; su fama como médico taurino rebasó todas las expectativas y además fronteras, logrando cosechar una gran cantidad de amistades protagónicas de la Fiesta y personajes del mundo artistico.
Entre sus sus éxitosas intervenciones está la del novillero regiomontano Jesús Chavez Álvarez "El Cayón" en 1970, que al estar enchiquerando junto con Efrén Acosta Baray y su abuelito Octaviano Acosta "Tabanito", fue cogido aparatosamente y el doctor César Santos le salvó la vida a pesar de ser enterado 11 horas después del incidente. El Cayón quedó en silla de rueda de por vida al fracturarse la columna dorsal.
El 25 de julio de1971, un toro de Valparaíso le propina grave cornada a Manolo Martínez, tarde que alternaba con Alfredo Leal; el cate fue en el muslo derecho con cinco trayectorias y siendo lesiones que de las que ponen peligro la vida. La experiencia médica fue un factor importante en la recuperación de Manolo y fue rápida; como dato de esta intervención, César Santos fue contactado para que interviniera al actor de cine Steve Mc.Queen, pero lamentablemente nada se pudo hacer ya que lo del actor era terminal.
Más percances como como el del 9 de julio de 1972 al diestro mexicano Pepe Luis Vázquez, que recibe una cornada muy grave de tres trayectorias, siendo una de éstas hasta el anillo inguinal y a un centímetro de la arteria y vena femoral, desprendiendo limpiamente la base de su parte genital hasta el tercio inferior de la próstata.
"El médico de plaza y su equipo deben ir a los toros a observar lo que pasa y siempre con mucho cuidado y no ver el espectáculo; no son palabras mías, sino del doctor Campos Licastro, que siempre en los congresos nacionales de cirugía taurina nos recordaba nuestra función", comentó César Santos
El doctor fue partícipe de una infinidad de congresos médicos sobre cirugía taurina y pertenece a diez sociedades médicas en el país, destancado su membresía en la Sociedad Internacional de Cirugía Taurina desde 1974 y siendo socio fundador; además, ha participado en 25 congresos y cursos de actualización, destacando más en el ámbito taurino.
En estos largos 30 años como jefe de los médicos nunca cobró un solo centavo, ni a los protagonistas de la fiesta y ni tampoco a los aficionados; por eso quieremos expresarle nuestra gratitud por su compromiso con la más bella de todas las fiestas. Honor a quien honor merece.