Ayer por la tarde se llevó a cabo el primer festejo de la Feria Nacional de Aspirantes a Novilleros Guadalajara 2012, bajo la organización de la Academia Municipal Taurina de Guadalajara y el Patronato que la preside, en el que triunfaron Juan Pedro Llaguno (foto) y Mario Bueno.
Con la asistencia de alrededor de 400 aficionados que se dieron cita en el "Nuevo Progreso", partieron plaza, debidamente ataviados, los chiquillos soñadores de gloria, entre la ovación del público asistente, para lidiar vaquillas de tienta, de las ganaderías de San Marcos, San Lucas, Cerro Viejo y Pablo Moreno., resultando superiores por su bravura y calidad al embestir, las corridas en primero, tercer, cuarto y quinto lugar, de Pablo Moreno, San Lucas, Pablo Moreno y San Marcos, respectivamente
Mario Bueno, alumno de la Academia Municipal Taurina de Guadalajara, tiene en el pulso de sus muñecas, el don del temple, trazo, valor sereno y sello personal especialmente cuando expresa su arte en el pase natural, asimila pronto el toreo y llevándolo con disciplina y dedicación, sin duda puede llegar lejos. Por su faena variada con capote y muleta, el juez le otorgó las dos orejas simbólicas, tras la petición unánime de los aficionados. Es sin duda un diamante al que se le debe pulir muy bien.
Cabeza clara, gracia torera que llena la escenografía de la plaza, valor inteligente, imaginación, arte y torería, son cualidades que tiene Juan Pedro Llaguno, de la Escuela Taurina "La Esperanza" de Querétaro, lleva dentro de su alma una carga genética taurina de mucho peso, lo que le ha permitido tener mucho campo y festivales, que le han dado mucho sitio, mágico detonador, que le permite conectar fuerte con los tendidos.
Buen gusto y cosas de torero grande, variado en los quites, de tal manera que en afectuoso brindis le dedico su personal interpretación de la zapopina, a su creador el artista y actual director de la Academia Municipal Taurina de Guadalajara, el matador Miguel Ángel Martínez "El Zapopan", que recibió sonora ovación, mientras que el niño torero interpretaba su creación.
Clavando banderillas, gallando a la vaquilla, cambiándola de terreno a placer, armo el alboroto, al igual que su facilidad con la muleta, para con imaginación y categoría, improvisar bellas estampas que se quedan en el corazón del aficionado, de forma vibrante con la emoción de la gente, recibió las dos orejas simbólicas por su destacada actuación.
Uriel Padilla salió en primer lugar, alumno de la Escuela Taurina Potosina; tiene la personalidad de los toreros mexicanos, con la característica, de nuestra raza, languidez en su trazo y sentimiento, entre el drama y el arte, todavía verde, no entendió la distancia y ritmo que le pedía la vaca de Pablo Moreno; es época de aprendizaje y con más festejos tendrá que crecer. Saludo en el tercio.
La Escuela Taurina "Víctor Simental" de Zacatecas, envió un torero que tiene alma de cantera y corazón de plata, de nombre Daniel Estrada, que supo recomponer el camino en mitad de la faena, ante una vaca con clase, pero que salía suelta, de Pablo Moreno; acortó la distancia, se quedó quieto y le eslabonó derechazos y naturales con dimensión y hondura, para terminar la faena conectando muy bien con el tendido, por lo que se le concedió una oreja; ahora es necesario darle oportunidades para que se pueda consolidar.
Javier Castro, de la Academia Municipal Taurina de Guadalajara, que toreo por vez primera, tuvo en suerte una vaca brava de Pablo Moreno, estando voluntarioso y con detalles.Realmente le falta mucho por torear y aprender la técnica del toreo, de tener vocación auténtica seguro que pronto corregirá sus debilidades.
Con una vaca de Cerro Viejo, que tuvo clase en la embestida, pero acuso gran debilidad, se presento Raúl Reyes, de la Academia Taurina Municipal de Guadalajara, al que se le notó también verde y con mucho que aprender; cabe decir que siempre mostró actitud y entrega, pero para verle bien se requiere mayor entrenamiento y práctica en las ganaderías.
El jurado calificador, que señalara a los triunfadores de forma oficial, fue encabezado por el ingeniero Rubén Pérez y su equipo de trabajo, todos ellos aficionados de solera, este veredicto es inapelable, independientemente de lo concedido por el juez de plaza, de forma simbólica.
Cabe destacar la presencia del matador Antonio Urrutia, Presidente de la Asociación Nacional de Matadores, que con gusto apreció la labor de los toreros. Bernardo Hernández "El Chivas" y Martín Carrillo hijo fueron los picadores oficiales de la tienta; colaborando en el ruedo de forma acertada estuvo el matador tapatío Guillermo Martínez y en la brega con mucho temple y colocación el torero de plata Diego Bricio.