El matador Fernando Ochoa se encuentra metido en la ganadería mexiquense de Caparica, donde ha estado realizando labores de tienta durante varios días, con la inquietud de prepararse para la corrida del día de mañana en la Plaza México.

El torero de Morelia tentó un total de ocho vacas en compañía del novillero retirado Alejandro Peláez, así como de uno de los dos picadores de su cuadrilla, José Prado.

Fernando está muy vinculado a esta ganadería, propiedad de los señores Muñozcano y de Roberto Viezcas, ya que está formada, mayoritariamente, con reses procedentes de El Junco, el hierro del abuelo del matador, don Fernando Ochoa Ponce de León, el ganadero decano del planeta de los toros.

Desde hace varios meses, el ganado de Caparica dejó los campos michoacanos cercanos al pueblito de Araró, donde están las ganaderías de El Junco y Gonzalo Vega, para trasladarse a la asolerada finca de El Rocío, que fuera propiedad de don Manuel Buch, y más tarde el cuartel general del recordado Chacho Barroso Chávez durante varias décadas, con su divisa de Las Huertas.

La finca está a unos 120 kilómetros del centro de la Ciudad de México, siguiendo la carretera Panamericana, cerca de Ixtlahuaca. Ahí es donde pastan las 180 vacas de Caparica, la ganadería de nuevo cuño que ya ha triunfado en la Plaza Arroyo y en La México en las últimas temporadas en sus respectivo debut en sendos escenarios.

Fernando llegará a México este sábado por la noche para velar armas de cara a esta corrida en el coso de Insurgentes, donde compartirá crédito con Rafael Ortega y Angelino de Arriaga, que confirma su alternativa, en el primer cartel de corte netamente mexicano de la actual Temporada Grande.