Nuevamente triunfador de la Plaza México, en la que ha salido al tercio en 40 ocasiones, Christian Sánchez platica ampliamente en esta entrevista sobre su profesión de banderillero, además de destacar cuestiones del ámbito personal.
- Estas salidas al tercio en México han sido, mayoritariamente, en fechas consecutivas, ¿no?
-Sí. He tenido la fortuna de torear un domingo tras otro, con la confianza de los matadores. Y por lo mismo, se han suscitado las salidas al tercio.
-Sin embargo, no todo ha sido miel sobre hojuelas. Vimos que estuviste en serios aprietos cuando pareabas al toro que, al final de cuentas, infirió una seria cornada al matador Humberto Flores, durante una de las corridas de mediados de enero. Una cornada de las que en el medio se conocen con el nombre de "cornada de caballo", por los destrozos y extensiones que alcanzan.
-Sí, es el riesgo de la profesión. Nosotros también estamos expuestos. Desde que uno quiere ser torero, y calza un traje de luces, sabemos que estamos expuestos todos a eso. Y por una mala fortuna (para Humberto Flores), en ese momento le tocó a él. Pero bueno, salimos avante, que eso es lo importante.
-Desde hace varias temporadas, hemos comentado con el maestro Alberto, Beto Preciado, que, si los matadores, por desgracia, no están a la altura de sus colegas del otro lado del Atlántico, entre las filas de los subalternos sí existe un grupo que no se ha dejado ganar la pelea. Entre ellos estás tú.
-Yo creo que aquí, en México, hay buenos subalternos; tanto de a caballo como de banderilleros. Creo que aquí hay mucha escuela, mucha técnica. Yo, gracias a Dios, tengo la escuela y la técnica de mi padre, y de mi tío Carmelo Sánchez. Son los que me han enseñado. Pero creo que estamos a la altura de ellos, de los españoles. Ni son más, ni somos menos. Creo que estamos en un buen nivel, aquí, también.
-Además, es más difícil parear a la escuela mexicana, ¿no?
-Sí, sí. Son diferentes escuelas. Ellos aprenden de una manera distinta, para banderillear, a la española: van con el par ya hecho. Y aquí en México se juntan los brazos arriba. Hay poquito de dificultad. Pero cuando uno lo tiene dominado, se le hace fácil.
-¿Christian, cuántos años tienes viviendo de esto?
-Tengo nueve años y medio como profesional. Voy para 10, los cumpliré en diciembre. Yo me hice profesional en 1999, el 11 de diciembre.
-En el gremio de los subalternos, es muy frecuente ver a familias completas. Por ejemplo, los Kingston, los Preciado, los Campos, ustedes. ¿Por qué se da este fenómeno?
-Bueno, yo creo que si uno crece en una familia torera, se debe dar por descontado, que a uno le gustará el toreo, ¿no? Nace el hijo, con las ganas de querer ser torero y luego el nieto, ¿no? Y son dinastías, que se van formando. En este caso, los Kingston, los Sánchez, los Martínez, los Prado, los Meléndez. Hay muchas generaciones de toreros, que vienen formando las dinastías.