En una corrida con el destino cuesta arriba, ya por la amenaza del huracán "Rina" durante los últimos cinco días, la enfermedad de Sebastián Castella y por si fuera poco el mal juego del encierro hidalguense de Fernando de la Mora, el torero hidrocálido, Juan Pablo Sánchez se erigió triunfador de la corrida inaugural de la temporada en la plaza Monumental de Mérida, tras el corte de una oreja.
Ante dos tercios de entrada, el torero de Aguascalientes terminó por imponer condiciones en el improvisado mano a mano con Eulalio López "Zotoluco", repitiendo el pasaje de enero pasado cuando, con el mismo cartel, terminó por alzarse con el triunfo.
Para fortuna, el mal fario sentado por la serie de sucesos desde antes del festejo -primero en la nueva era de la empresa Espectáculos Taurinos de México en este coso- por fin pisó tierra al saltar el que hizo sexto, el mejor toro de la tarde. El de Fernando de la Mora, un toro negro, corto de manos y buenas hechuras terminó por prodigarse en la muleta del joven coleta, quien ni se la pensó para cuajarlo.
Desde que se abrió de capa, Juan Pablo Sánchez asomó que olía a faena, por lo que los aficionados terminaron volcados en su labor. El hidrocálido confirmó que tiene madera, hechuras para pensar que en él hay una figura, por lo que toreó con regusto, unidad y despaciosidad. Destacados fueron los naturales y macizos y profundos los derechazos, ante el contento general. Una pena el pinchazo inicial por lo que todo quedó en una oreja con mucha fuerza.
Con su primero, también lució echado para adelante, con un oficio de llamar la atención, al entender a un toro de medias embestidas y al que citó con la sarga retrasada hasta lograr muletazos de mención. El astado, hay que decirlo, nunca se rebosó en las embestidas, por lo que los presentes valoraron la entrega y voluntad del coleta. Con la espada, la mano se le fue abajo, por lo que el premio quedó en una vuelta.
Con su segundo, hubo de abreviar ante las complicaciones del astado, que desarrolló sentido por lo que imposible pensar en faena.
Por lo que toca a Eulalio López "Zotoluco", alcanzó sus mejores momentos con su primero, un toro noble, pero con poca fuerza, al que cuidó hasta meterlo en vereda. Lo mejor, su toreo con la mano derecha, aunque al final malogró su faena con la espada.
Con su segundo, un toro con condiciones, que repetía y parecía terminaría en el engaño, el de Azcapotzalco simplemente se ausentó de la plaza. Y la faena entonces transcurrió sin alma, con poca profundidad y escasa unidad en un mal pasaje que terminó por redondear errando con la espada.
Del tercero de su lote habrá que decir en su descargo que poco había por hacer para pensar en florituras. El toro, siempre armándose, pegando arreones, nada dejó de espacio para posibles blasones. Y como además volvió a fallar con la espada, los aficionados le cayeron encima. Una tarde para olvidar para el de Azcapotzalco.
Los toros de Fernando de la Mora, desiguales en presentación, los dos primeros con poca cara, resultaron deslucidos en general, destacando el cierra plaza, por lo que fue premiado con arrastre lento por el juez de plaza Adrián Flores, que tuvo una buena actuación en el biombo.