Bruno Aloi cortó sendas orejas la tarde de este sábado en la plaza toledana de Almorox, donde cosechó un meritorio triunfo y sufrió un fuerte golpe en el escroto, al entrar a matar al segundo novillo de su lote, al que cortó la otra oreja que le permitió salir a hombros al final de una sólida actuación, en la que volvió a demostrar oficio y actitud.

El encierro del hierro portugués de Couto de Fornilhos no dio el juego esperado, y tanto Bruno como sus compañeros de terna, Mario Arruza y Tomás González, tuvieron que remar contracorriente a lo largo del festejo en el que el mexicano fue el único triunfador y causó una excelente impresión entre el público, que hizo poco más de media entrada.

Delante del novillo corrido en segundo lugar, Aloi estuvo solvente en el recibo capotero, y más tarde le hizo un ajustado quite por tafalleras antes de realizar una faena con pausas, tratando de encelar las embestidas por el pitón derecho, a veces de "uno en uno" porque el novillo se paró pronto y vino el toreo de cercanías. Terminó la faena toreando por dosantinas y a la hora de entrar a matar señaló un pinchazo, y en el segundo viaje se fue encima del morrillo para cobrar una estocada de magnífica ejecución. La gente pidió la oreja con fuerza y se la concedieron.

El quinto fue un toro manso y deslucido que obligó a Bruno a imponerse con un toreo de arrojo, en el que procuró pararse muy cerca de los pitones para sacarle los muletazos. El novillo se puso complicado para entrar a matar, ya que comenzó a terciarse. A la hora de oficiar con la espada señaló un pinchazo, y en el segundo sacó el varetazo en el escroto. Acto seguido, ejecutó una buena estocada que fue valorada por el público, motivo por el que le concedieron la oreja que le abrió la Puerta Grande.

La próxima actuación de Bruno está programada el sábado 30 de agosto en Pedrajas de San Esteban (Valladolid), mano a mano con Pedro Andrés, para lidiar cuatro novillos de la ganadería de Río Grande, de encaste Domecq, vía Luis Algarra.