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España, alianza que da frutos

Sábado, 31 May 2025    CDMX    Antonio Casanueva | Foto: Juan Pelegrín   
"...Lo hace con cifras, con jóvenes, con plazas llenas..."
En España la fiesta brava goza de cabal salud. Así lo confirman los datos más recientes que retratan no un ocaso, sino un vigor renovado, las cifras resultan sumamete reveladoras, en cuando a números concretos de asistencia en La plaza de Las Ventas, así como su repercusión y alcance televisivo.

Más festejos, más público:

En 2024, más de 6.2 millones de personas asistieron a espectáculos taurinos.
Las corridas de toros aumentaron un 8 por ciento respecto a 2019; las novilladas con picadores crecieron un 20 por ciento, el mejor dato de la década.
Plazas reabiertas como Móstoles, Valdemoro o Tarifa han colgado el cartel de "No hay billetes".

Las Ventas: epicentro y emblema:

En 2024 vendió 936 mil 532 entradas, siendo el tercer recinto con mayor asistencia en Madrid, solo superado por el Bernabéu y el Metropolitano.
En 2025 registró su mayor número de abonados de la última década.
Más de 40 millones de euros se han invertido en su rehabilitación, como gesto de compromiso institucional y cultural.

Audiencia y presencia mediática:

Canal Sur lideró la Feria de Sevilla con un 18,6 por ciento de share televisivo.
Telemadrid, CMMedia y Aragón TV han reforzado su cobertura, con transmisiones en directo de San Isidro y otros ciclos superando expectativas de audiencia local, nacional y hasta internacional.

La juventud, presente y activa:

El 9,1 por ciento de los jóvenes de 15 a 24 años asistió a los toros en 2024, superando a los mayores de 65.
Las escuelas taurinas más prestigiosas tienen listas de espera; la Copa Chenel y el Circuito de Novilladas ofrecen entrada gratuita a menores de 18.

Contra todo pronóstico, la tauromaquia española no solo resiste: florece. Y lo hace con cifras, con jóvenes, con plazas llenas.

Pero no siempre fue así y este aumento de asistencia, presencia mediática y renovado interés, tampoco es producto de la casualidad. 

En el 2015 la tauromaquia vivía la mayor de sus crisis. 360 municipios se habían autodenominado antitaurinos. Los insultos a toreros y aficionados circulaban en redes sin réplica, como si la tauromaquia hubiera renunciado a defenderse. Había concentraciones masivas de grupos contrarios a los toros en las principales plazas públicas del país. PACMA (partido animalista con el medio ambiente) había alcanzado más de 286 mil votos para el congreso y más de 1.2 millones de votos en el Senado. Peor aún, el partido Podemos, irrumpía con fuerza en la política española y promovía una agenda abiertamente antitaurina.

Tuve la oportunidad de reunirme con dos de las figuras que han orquestado, en menos de 10 años, un cambio favorable hacia la tauromaquia en la sociedad española. Borja Cardelús, director general de la Fundación Toro de Lidia, y Lucía Martín, directora ejecutiva de la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia. Los dos coinciden en que la clave fue tener una estrategia clara y generar alianzas.

Borja Cardelús me explicó que dedicó su primer año al frente de la Fundación a construir una estrategia enraizada en la identidad del toreo. No se apresuraron a salir en medios ni a ofrecer defensas públicas: esperaron a tener claridad en sus ejes de acción. Su objetivo era enmarcar el debate con precisión: no discutir sobre "toros sí o toros no", sino mostrar a la sociedad los riesgos que entraña la ideología animalista. Pero como lo fundamentaron basándose en una identidad, fueron aprovechando cada una de las situaciones que se presentaron, para impulsar la tauromaquia.

Lucía Martín fue más allá. No solo consiguió que los ganaderos impulsaran la Fundación, sino que articuló una alianza con todos los actores del mundo rural español. Comprendió que las amenazas no eran locales: muchas se incubaban en Bruselas, donde se definen políticas clave de la Unión Europea. La tauromaquia por sí sola no tenía la importancia como para encabezar una defensa, pero si podía organizar a muchos otros sectores que –algunos sin haberse percatado– estaba también amenazados.  

Lucía organizó la Alianza Rural, una asociación que agrupa a todo el sector rural español. Logró articular el consenso entre cinco sectores: agricultura, ganadería, caza, ámbito forestal y otras actividades como las emprendidas por mujeres rurales o vinculadas al turismo rural. 

Y, en función de ello, realizar una sólida estrategia que se ha concentrado en llevar el campo a las aulas y a la ciudad. A partir de ahí, han realizado proyectos ambiciosos que han colocado al sector rural y a la ganadería de toros de lidia, en una situación mucho más favorable para enfrentar las vicisitudes y los desafíos que se seguirán presentando.

Borja Cardelús y Lucía Martín son dos profesionales que no están preocupados por brillar, en salir en los medios o porque se les reconozca de forma pública. Están trabajando en forma inteligente, organizando proyectos y creando alianzas, las más de las veces tras bambalinas. Un liderazgo basado en claridad de propósito y talento que han logrado el apoyo de todos los actores en beneficio de la tauromaquia.

Enhorabuena a Lucía Martín y a los criadores de toros de lidia españoles: no solo han creado una fundación ejemplar para la defensa de la tauromaquia, sino que han sabido tender puentes, reunir esfuerzos y gestar proyectos de largo aliento, que hoy explican el renacer de la Fiesta en Europa. Ojalá que, como en España, los mexicanos recordemos que los toros no se preservan desde el ego, sino desde la unión. Y que sepamos ver en la Alianza Rural no solo una táctica coyuntural, sino una fuente de inspiración duradera.


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