Gran noche de toros fue la que se vivió en el "Coliseo Centenario", en Torreón, donde el mano a mano entre Zotoluco y Macías no defraudó y entre los dos se repartiron cinco orejas, para salir por la puerta grande en son de triunfo.

Eulalio hizo vibrar a la afición que casi llena este moderno y funcional coso lagunero, pues la fena con el segundo de su lote fue muy intensa, de menos a más, y de ahí a mucho más. En un primer momento tuvo que someter al de Barralva, que al sentirse podido, terminó por romper.

Muy a su estilo, Zotoluco cuajó tandas largas, haciendo alarde de valentía y, paso a paso, se metió a la bolsa al público, que con sus pañuelos exigió las dos orejas cuando el toro se entregó a las mulillas.

A su primero le cortó una oreja tras una labor esforzada que fue bien rubricada, mientras que con el tercero que estoqueó escuchó aplausos pues siempre estuvo dispuesto, pese a que su enemigo no colaboró.

Sin mucha suerte con sus primeros dos toros, Arturo Macías no quería quedarse atraás de su oponente, de tal forma que salió con toda la decisión del mundo ante el que cerró plaza, recetándole un estoico quite por ceñidas gaoneras.

Su faena de muleta la inició con un par de péndulos en el centro de redondel, para darse después a correr la mano bien y bonito en muletazos muy templados y, al mismo tiempo, electricos, pasandose muy cerca los pitones y demostrando el hambre de triunfo que siempre lo ha caracterizado.

Tras una estocada entera, muy ligeramente caida, Arturo paseó las dos orejas y salió en hombros junto a Zotoluco, diestros que brindaron un buen espectáculo en Torreón.