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Espuerta: Transformación

Domingo, 25 Mar 2018    CDMX    Heriberto Murrieta | El Heraldo de México   
"...un exponente del toreo de calidad..."

Antonio Ferrera se ha convertido en un  referente del toreo español. Después de muchos años en la brega, al fin encontró su nicho. Quitó el pie del acelerador y felizmente llegó a la serenidad vestido de luces y sedas. 

El cuarentón extremeño se fue transformando hasta convertirse en un exponente del toreo de calidad, muy distinto a aquel lidiador un tanto apremiado de los albores de su carrera.

Tenía menos profundidad que un charco y ahora, cada trazo suyo alcanza una hondura excepcional. Se liberó de las cadenas de plástico de la superficialidad. Las vivencias personales se proyectan al torear.

El pasado lunes le hizo una faena muy personal, con gusto, empaque y un gran asentamiento, al toro "Jarretero" de la ganadería de Victoriano del Río en la plaza de toros de Valencia. Uno de esos trasteos que se recuerdan por mucho tiempo.

Muy encajado, dibujó muletazos de extraordinaria factura al buen ejemplar de Victoriano, que mereció el honor del arrastre lento. Trazos lentos y saboreados sobre el légamo, que le jaleó con furor el público valenciano. ¡Bienvenida la renovación de un buen torero!

Testimonio

El lunes pasado proyectamos en Canal Once una faena que José Tomás realizó el 29 de mayo de 1997 en la tradicional corrida del Corpus de Toledo.

Esa tarde, "El Príncipe de Galapagar" alternó con Curro Romero y Víctor Puerto para lidiar un encierro de Torrestrella (Puerto le abriría plaza en Valencia 14 años después, en una de sus sonadas reapariciones).

Tomás tenía 21 años de edad y uno de alternativa. Ya había recibido el cate terrible de Autlán. Había en su carilla de púber la serena confianza de quien tenía (y sigue teniendo) la sartén por el mango a la hora de ponerse delante de los toros.

El trasteo es interesante porque ya desde los albores de su ejecutoria como matador dejaba ver una propuesta perfectamente definida, basada en el valor y el aguante supremos.

A pesar de que el torrestrella por momentos se le frenaba, Tomás no se movía ni un ápice. No pestañeaba. Primero muerto que retroceder.

En estos años ha habido una evolución hacia un toreo de emocionantísima belleza ("Brigadista" de Jaral de Peñas en la mente), pero el soporte del valor ha imperado siempre como un punto de partida.

La tarde de marras cortó tres orejas y salió a hombros de la plaza toledana. Empezaba a forjarse la leyenda.


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