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El comentario de Juan Antonio de Labra

Jueves, 28 Sep 2017    CDMX    Juan Antonio de Labra | Opinión     
...uno de los puntos en contra era la carestía de los boletos...
La Feria de Zacatecas nos deja varias reflexiones dignas de ser analizadas para la organización del ciclo del próximo año. Y también se pueden extraer conclusiones que deberían de ser tomadas en cuenta por otros empresarios, ahora que estamos en los albores de la temporada mexicana 2017-2018.

A todos sorprendió que la Monumental de cantera rosa no se llenara hasta la bandera ni un solo día, ni siquiera en las tradicionales fechas del 8 y 16 de septiembre, que hasta hace unos pocos años eran garantía de éxito en la taquilla. La utilidad que generaban estas dos corridas permitía defender la gestión de las otras cuatro fechas de la feria, y así se equilibraba el éxito económico.

Dos medias entradas, en promedio, fue el triste balance de asistencia a ambos festejos, no obstante que, en el papel, los carteles tenían un alto grado de interés, sobre todo el del día 8 en que actuaron Jorge Hernández, El Payo, Juan Pablo Sánchez y Luis David Adame. Se trataba de una atractiva cuarteta de toreros mexicanos para cualquier plaza de categoría, aderezada con los Forcados de Mazaltán.

La otra fecha, la del sábado 16, fue de ocho toros para apuntalar la presencia de Antonio Romero, en un gesto que honra a la empresa al contratarlo para matar dos ejemplares, y al que era preciso alentar anímicamente después del trago tan amargo que pasó al caer herido en la Plaza México. Pero tampoco hubo una buena entrada.

En los días siguientes el comentario generalizado de los taurinos era encontrar una respuesta a la baja de público, sin detenerse a pensar que uno de los puntos en contra era la carestía de los boletos, cuyos precios rebasan la capacidad de una economía familiar limitada, y más aún tratándose de una feria extensa.

El argumento de que el precio de las entradas sea alto va en función de los honorarios que cobran determinados toreros, sin que muchas veces se justifique ya que no entra en taquilla. No hay que olvidar que el dinero de los toreros debe bajar del tendido, como bien dice Alfredo Sahagún, y no de la rentabilidad publicitaria o de los apoyos gubernamentales.

Sería lógico que la empresa de Zacatecas hiciera un estudio de mercado para conocer las razones de una notoria baja de asistencia en 2017, que sólo se vio compensada con la buena entrada que registró la última corrida, al llamado de un cartel muy original, incluida la presencia de Andy Cartagena en una tierra donde hay devoción por los caballos.

Porque si a esta feria, que se ha consolidado como la segunda más relevante después de Aguascalientes, el año entrante le quitan otra fecha y la dejan nada más de cuatro corridas, significaría dar otro paso hacia atrás.

Zacatecas tiene que seguir siendo el escenario taurino del mes de septiembre por antonomasia. Es preciso encontrar las soluciones adecuadas para conservar su prestigio. El reto no es fácil, pero tampoco es imposible. Un análisis de la situación servirá para retomar el rumbo correcto.


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