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El comentario de Juan Antonio de Labra

Jueves, 13 Abr 2017    CDMX    Juan Antonio de Labra | Opinión     
...lo más relevante de todo es que Ponce se haya animado a matar...
El clarín se escuchó nuevamente en Tijuana en la Plaza Caliente, un recinto taurino que hace un par de años concibió el matador Alejandro Amaya como una oferta alternativa. Y es de agradecerse, sobre todo porque estando cerrada la Monumental de Playas, y con visos de ser demolida en cuanto se venda el terreno, si no se apoya lo que ocurra en este nuevo coso, la ciudad fronteriza se quedará sin Fiesta.

De tal suerte que la apuesta hecha por el empresario Alberto Bustamante resultó exitosa, y el sábado pasado la Plaza Caliente lució una magnífica entrada para presenciar una corrida de toros interesante, con un cartel que nunca antes se había dado, en la que participaron Enrique Ponce, Alfredo Ríos "El Conde" y Sergio Flores.

Y lo más relevante de todo es que Ponce se haya animado a matar una corrida de Cerro Viejo, la ganadería jalisciense de los Franco, que envió un encierro parejo en hechuras, con un trapío armonioso, y en el que saltaron tres toros de nota alta, un hecho que incidió favorablemente en el triunfo que obtuvieron los toreros.

De este lote sobresalieron el cuarto y el sexto, dos toros bravos, con mayor nobleza el primero que el segundo, pero con una buena carga de transmisión de la que provoca emoción al tendido. La enseñanza para Enrique Ponce es que sí hay otras ganaderías que se pueden lidiar sin problema, y salir de ese círculo tan restringido de divisas de las que las figuras extranjeras parecen inamovibles.

Al final de la tarde la gente salió contenta, y desde luego que cualquier cosa es susceptible de ser mejorada, pero ahí está este primer golpe de impacto que causó una buena impresión entre los aficionados locales y también entre aquellos otros que cruzaron la frontera para venir a ver este festejo.

Es momento en que los distintos grupos taurinos de Tijuana dejen de lado cualquier resquemor existente para unirse y cerrar filas en torno a una sana iniciativa para ofrecer corridas puntuales, bien organizadas, con un sentido de profesionalismo para posicionar la imagen de la Plaza Caliente y todo lo que ahí suceda.

Bustamante tendrá que medir bien los pasos que va dar a fin de no retroceder y que pueda mantener el listón en el sitio que lo ha dejado, ya que es preciso capitalizar este esfuerzo para continuar dando toros con un rumbo definido.

Tijuana está obligada a recuperar su acervo taurino, como una ciudad de gran potencial económico, cuya temporada de primavera-verano siempre representó un atractivo escaparate dentro del curso del calendario taurino mexicano. Ahí está el reto. Hay que asumirlo.


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