No cabe duda que los buenos toreros lo son aquí o en China, o mejor dicho, en Las Vegas, que celebró la primera de las corridas incruentas organizadas por Don Bull Productions, ya que Eulalio López "Zotoluco" dio muestras de su categoría y bordó el toreo ante un ejemplar que mereció el indulto gracias a su clase y bravura.

Y esta gran faena tenía que darse cuando, desde los primeros lances con la capa, salieron a relucir las buenas condiciones del toro de Manuel Costa (puro origen Lebrija), que aunadas a toda la experiencia y conocimientos de Zotoluco, hicieron que el asunto reventara.

La faena fue larga y siempre templada, conjugándose toro y torero en una sinfonía casi perfecta que puso de cabeza al público en el momento cubre de los muletazos en redondo que parecían no tener final.

Pese a no ser picado, como ninguno de los toros que se jugarán en Las Vegas, y banderilleado colocándose los palos sobre un velcro en el morillo, el astado humilló siempre y tanda tras tanda iba a más, mientras el Zotoluco se recreaba en las suertes y hasta se dio el lujo de hacer un desplante rodilla en tierra tirando la sarga, enloqueciendo a la afición de Nevada.

Cuando Eulalio se dirigía a la barrera para cambiar el ayudado por una banderilla, con la que se simuló la suerte suprema esta tarde, el Juez anunció el indulto de este toro, por lo que no irá a parar al rastro, sino regresará a la vacada a padrear.

Y así, en una emotiva vuelta al ruedo de Zotoluco y el ganadero Manuel Conto Costa, se vivió el momento más importante de la tarde.

Con su primero, Eulalio tuvo una actuación más que decorosa, haciendo gala de su oficio para meter en vereda a un toro noble pero que terminó por volverse violento y llevando muy suelta la cabeza. Buenos muletazos y un valeroso desplantem fueron necesarios para, tras simular la estocada, diera una vuelta.

Alfredo Ríos "El Conde", que sustituyó al herido Alejandro Amaya, salió muy animado con el segundo de su lote, al que recetó tres soberbias verónicas y un quite por navarras rematado con el manguerazo de Villalta.

Cubrió el segundo tercio con mucho lucimiento y exponiendo ante las impetuosas arrancadas del  toro, siendo el primer par el más destacado pues realizó la moviola, corriendo hacia atrás y dejando los palos en todo lo alto del morrillo protegido por el velcro.

Su faena de muleta fue de menos a más, ya que alargó en demasía el trasteo, aunque hay que decir que corrió bien la mano y dejó detalles de ahi quedaron. Una buena simulación de la estocada y dio la vuelta al ruedo.

El primero que lidió fue un auténtico galímatias: soso, huidizo, rajado, con medias arrancadas y genio, por si fuera poco. Tal era su condición que no se le pudo colocar ni una sola banderilla.

Cuando parecía que no veríamos mucho, El Conde demostró que se encuentra en gran forma y que su muleta empieza a adquirir mucho poder, ya que con base en castigarlo, logró someter al manso y le pegó pases de gran mérito, para retirarse en medio de fuertes aplausos.

Julio Benítez "El Cordobés hijo" mostró mucha actitud con su primero, un toro que más que embestir, tiraba tarascadas. El español le dejó puesta la muleta y, aprovechando el viaje, consiguió bellos trazos, aunque sin redondear. Finalmente, dio la vuelta al ruedo.

Con el sexto de la tarde, poco pudo hacer, ya que el de Manuel Costa fue tardo en sus embestidas y tuvo poco gas, de ahí que el hijo de El Cordobés fuera silenciado tras terminar su labor.

Al final, los tres toreros salieron en hombros después de una tarde complicada por la ausencia de puyazos, lo que implica una forma distinta de plantear la lidia; tarde en la que se puso de manifiesto, con la gran actuación de Zotoluco, que el que es buen gallo, hasta en Las Vegas canta.