Anecdotario de Giraldés: "¡Se bajan los dos!"
Viernes, 25 Mar 2016
Tijuana, B.C.
Giraldés | Opinión
Manuel Benítez "El Cordobés" fue una figura fuera de serie
Manuel Benítez "El Cordobés" llenó una época del toreo. Hasta ahora ha sido, de eso no existe ninguna duda, el torero más taquillero de todos los tiempos. Fue dueño de una personalidad extraordinaria; torero de entrega, de cantidad y de fuerza; estaba mucho tiempo en la cara de los toros, les podía mucho, les pisaba sus terrenos y no se iba del sitio en donde están las emociones fuertes,… por eso fue torero de multitudes.
Algún comentarista de su época dijo que era el torero que estaba más cerca de los toros y más lejos de la torería, lo que sólo es una opinión, pero llevaba mucha más gente a las plazas que quienes cuidaban mucho los detalles de la torería y esos causaba molestia entre los aficionados más puristas.
El Cordobés tuvo un celo fuera de lo normal; no se dejaba ganar la pelea por nadie. Siendo con mucha diferencia el novillero más destacado de su tiempo, su apoderado, Rafael Sánchez "El Pipo" apoderó también a otros novilleros. Antonio Ruiz "Espartaco" (padre de la figura de los años ochenta) fue uno de ellos. En una novillada alternando con El Cordobés, y ese primer Espartaco triunfó con mucha fuerza. Le dio un baño a El Cordobés.
Al día siguiente en el automóvil de Manuel Benítez, iban rumbo a Córdoba, el apoderado y el primer Espartaco. Al pasar por una finca que llamaba la atención por su tamaño y por lo bien cultivada, El Pipo hizo un comentario: "Antonio, mira bien esta finca. Si sigues estando como ayer muy pronto vas a comprar una igual".
El Cordobés frenó bruscamente el vehículo y les dijo con altanería: "Aquí se bajan de mi coche ustedes dos para que puedan ver bien la finca que va a comprar éste".
-Manuel, lo que he dicho no es para que reacciones de esta manera -dijo El Pipo.
-"He dicho que aquí se bajan los dos. ¡Y se bajan!" -exclamó El Cordobés con tono autoritario.
Mal, muy mal, la actitud de Benítez; pero después, esas actitudes, jugándose la vida las sostenía en la plaza. Y sin lugar a dudas, fue una figura del toreo fuera de serie.
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