El triunfo del pundonor (video)
Viernes, 05 Feb 2016
México, D.F.
Jorge Raúl Nacif | Foto: Sergio Hidalgo
El francés fue herido y, luego, se impuso para triunfar
Así, con la piel lacerada pero el corazón intacto, Sebastián Castella brindó un ejemplo de pundonor para sobreponerse a una cornada en el escroto y desgarre de pene, ser intervenido en la enfermería de la cumpleañera plaza y salir a entregarse sin reservas hasta conseguir el triunfo.
Bajo este hilo conductor fue gestada la historia de la corrida por el 70 aniversario de la Plaza México, efeméride de altos vuelos para el toreo de nuestro país y del mundo entero. Y si el francés plantó cara, Garibay dio una cátedra de madurez profesional, mientras que los esfuerzos de Saldívar, que llegó con la herida fresca tras el percance del lunes en La Chona, se estrellaron ante un lote imposible.
El primer toro de Castella le puso cuesta arriba el panorama, dado que tuvo guasa. El europeo se quedó tan quieto como un poste para endilgar meritorios trazos y, en un instante, el de Manolo Martínez lo prendió de fea manera, rompiendo la bolsa escrotal y desgarrando el pene.
Sin alardes ni chabacanerías terminó con la lidia de su enemigo y por su propio pie tomó rumbo a la enfermería, donde el doctor Vázquez Bayod decidió intervenirlo en una cirugía que tuvo su complejidad, mientras que el mozo de espadas zurcía el vestido.
Se cambió el turno y Sebastián salió al sexto episodio, pero como el de La Estancia no valía en cuanto a comportamiento y fuerza, decidió regalar un séptimo. De espectacular pinta melocotón y un trapío de resaltar, el de La Joya (encaste Parladé) tuvo como virtudes principales movilidad y transmisión, pues embestía con fuelle.
Aunque no terminaba por humillar (a la sazón hay que apuntar que el toro era alto) y en ocasiones tiraba algún derrote, Sebastián Castella estructuró una faena emotiva con pasajes derechistas impregnados de verticalidad, así como la chispa del arte que brota de sus muñecas francesas, pese a que hubo algunos muletazos no del todo limpios..
Si bien es cierto que no tenía un buen pitón izquierdo el de La Joya, el torero hizo el esfuerzo por este perfil. Los mejores momentos fueron con la diestra, además de adornos de buen calado, todo redondeado con un mérito especial debido a que segundos antes había apenas salido del quirófano.
Dos orejas para Castella luego de una estocada efectiva, mientras que para el toro, al que se le pedía un muy exagerado indulto, el premio fue de vuelta al ruedo.
Hay triunfos sin orejas, ni duda cabe. Partiendo de esta base, Ignacio Garibay tuvo una tarde de éxito al brindar el reposo de la madurez que empapa a su solvente tauromaquia, además de gusto y regusto delante de los pitones. Su primero fue de Manolo Martínez y tenía cierta calidad, aunque estaba limitado de fuerza.
Nacho le fue paciente y, con base en un toreo lineal, fue estructurando un trasteo que terminó por romper. Acompañando con la cintura el trazo de la muleta consiguió episodios que rayaron en alto nivel, pero la petición de oreja no alcanzó a ser mayoritaria para que ésta le fuera otorgada.
El cuarto de la noche fue de La Estancia, toro que resultó agradecido con la suavidad de Garibay en sus procedimientos, de tal forma que fue un astado "toreable", término acuñado en la modernidad taurina. Poco a poco y con una claridad de ideas digna de admirar, el moreno diestro fue de menos a más, consintiendo al astado cerca de la querencia natural.
Los muletazos por ambos lados hicieron rugir al cónclave capitalino, que terminó por entregarse con las dosantinas y detalles torerísimos, como un par de trincherazos y el cambiado por delante. De nuevo la espada impidió un triunfo numérico... pero estamos ciertos que, algo tan "caliente" como la expresión de un sentimiento, no puede encasillarse en lo "frío" de un número.
Meritorio que, pese a la extensa herida en la mano izquierda que sufrió con un estoque el lunes, Arturo Saldívar haya partido plaza el día de hoy, una tarde que ciertamente no quería dejar pasar. Esa misma actitud mostró delante de su lote, aunque muy escasas opciones de lucimiento le permitieron los toros que sorteó.
Vibrante fue el inicio de faena ante el primero con una pedresina (creación del albaceteño Pedro Martínez "Pedrés"), para ligar un cambiado y desmayar la tela en un firmazo. Luego, anduvo firme y tesonero ante lo incierto de un burel que por momentos parecía hacerse el distraído, para luego comerle el terreno y buscar prenderlo. Con decisión y oficio solventó el torero la dura papeleta.
Su segundo, de La Estancia, que sustituyó a otro que se partió un pitón desde la cepa, no le permitió ni el arrimón. No obstante, Saldívar estuvo porfiando con insistencia, aunque no se podía hacer mucho para revertir las condiciones adversas de una noche en la que la diosa fortuna no le sonrió.
En medio de estos matices, el banderillero Rubén Ávila se cortó la coleta tras 25 años como profesional activo en la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros. Su nieto le desprendió el añadido al término de la corrida, en un momento emotivo que puso la cereza al pastel de una noche de toros y toreros.
Ficha México, D.F.- Plaza México. Corrida del 70 aniversario, decimoséptima de la Temporada Grande. Unas 20 mil personas, en noche de temperatura agradable. Tres toros de
Manolo Martínez (1o., 2o. y 3o.) y tres de
La Estancia (el 5o. fue sobrero sustituto por uno del mismo hierro, que se despitorró) y uno de
La Joya (7o., de regalo), correctos de presentación y poco juego en términos generales, entre los que destacó el 7o., premiado con vuelta. Pesos: 485, 480, 486, 526, 549, 538 y 480 kilos.
Ignacio Garibay (caña y oro): Ovación tras petición y ovación.
Sebastián Castella (tabaco y oro): Ovación rumbo a la enfermería, silencio y dos orejas en el de regalo.
Arturo Saldívar (azul turquesa y oro): Palmas en su lote. Incidencias:
Castella fue intervenido en la enfermería de la plaza de una herida en el escroto y desgarro de pene, por lo que se corrió el turno para que pudiera salir a matar a su segundo. El banderillero
Rubén Ávila saludó tras parear al 7o., y tras la lidia de éste se cortó la coleta.
Comparte la noticia