Efemérides: La última corrida de rejones
Una imagen de aquel día, con Manolo Martínez dando la vuelta junto a Trueba
Hace 20 años se vivió la última corrida de rejones en la Plaza México, formato que no ha vuelto a anunciarse desde aquel 3 de febrero de 1996, dos días antes del aniversario 50 del coso monumental de Insurgentes, tarde que tuvo matices de gran interés.
El cartel de aquel día estuvo integrado por los caballistas mexicanos Enrique Fraga y José Antonio Hernández Andrés, que confirmaron su alternativa, así como Gerardo Trueba y Rodrigo Santos, en la lidia de un impecable encierro de Los Ébanos, propiedad de Manolo Martínez.
Esta corrida fue sabatina y constituyó la primera de tres que se ofrecieron para celebrar el aniversario de La México, pues el día siguiente hubo otra y, el lunes 5, la ya tradicional.
Enrique Fraga, que también es matador de a pie, lució con su buena monta y emocionó a los tendidos con sus quiebros. Luego bajó de su cabalgadura para cuajar muletazos con sabor y, a la postre, le fue concedida una oreja.
Una labor de buen acabado consiguió José Antonio Hernández y templó bien las acometidas de un toro extraordinario, que terminó por merecer la vuelta al ruedo como homenaje a la bravura. Hernández falló con el rejón de muerte y solamente recorrió el anillo.
Las dos orejas paseó Gerardo Trueba, pues su faena a caballo fue aseada y anduvo muy certero con rejones y banderillas, destacando un extraordinario par a dos manos. Mató con rotundidad y llegó el triunfo grande, para luego dar la vuelta al ruedo con el maestro Manolo Martínez.
Espectacular como siempre, Rodrigo Santos emocionó a los tendidos, que a la sazón registraron una muy buena entrada. Los momentos de mayor emotividad fueron al cuajar su suerte, la "santina", pero no logró tocar pelo dado que falló en el momento de matar.
Una vez terminada la actuación individual por parte de los rejoneadores, los últimos dos toros fueron lidiados por colleras. Fraga y Trueba desorejaron a otro estupendo ejemplar de Los Ébanos, mientras que Santos y Hernández no tuvieron fortuna con el último de la tarde.
El público salió contento de la plaza, en lo que fue apenas la cuarta corrida de rejones en la historia de esta plaza, y última hasta el día de hoy. El formato bien podría replicarse en la actualidad, ya que México cuenta con una baraja interesante de rejoneadores, y se enriquecería con la presencia de Pablo Hermoso de Mendoza.
El cartel de aquel día estuvo integrado por los caballistas mexicanos Enrique Fraga y José Antonio Hernández Andrés, que confirmaron su alternativa, así como Gerardo Trueba y Rodrigo Santos, en la lidia de un impecable encierro de Los Ébanos, propiedad de Manolo Martínez.
Esta corrida fue sabatina y constituyó la primera de tres que se ofrecieron para celebrar el aniversario de La México, pues el día siguiente hubo otra y, el lunes 5, la ya tradicional.
Enrique Fraga, que también es matador de a pie, lució con su buena monta y emocionó a los tendidos con sus quiebros. Luego bajó de su cabalgadura para cuajar muletazos con sabor y, a la postre, le fue concedida una oreja.
Una labor de buen acabado consiguió José Antonio Hernández y templó bien las acometidas de un toro extraordinario, que terminó por merecer la vuelta al ruedo como homenaje a la bravura. Hernández falló con el rejón de muerte y solamente recorrió el anillo.
Las dos orejas paseó Gerardo Trueba, pues su faena a caballo fue aseada y anduvo muy certero con rejones y banderillas, destacando un extraordinario par a dos manos. Mató con rotundidad y llegó el triunfo grande, para luego dar la vuelta al ruedo con el maestro Manolo Martínez.
Espectacular como siempre, Rodrigo Santos emocionó a los tendidos, que a la sazón registraron una muy buena entrada. Los momentos de mayor emotividad fueron al cuajar su suerte, la "santina", pero no logró tocar pelo dado que falló en el momento de matar.
Una vez terminada la actuación individual por parte de los rejoneadores, los últimos dos toros fueron lidiados por colleras. Fraga y Trueba desorejaron a otro estupendo ejemplar de Los Ébanos, mientras que Santos y Hernández no tuvieron fortuna con el último de la tarde.
El público salió contento de la plaza, en lo que fue apenas la cuarta corrida de rejones en la historia de esta plaza, y última hasta el día de hoy. El formato bien podría replicarse en la actualidad, ya que México cuenta con una baraja interesante de rejoneadores, y se enriquecería con la presencia de Pablo Hermoso de Mendoza.