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Bravura y dramatismo, explosiva mezcla (video)

Domingo, 22 Nov 2015    México, D.F.    Juan Antonio de Labra | Foto: Sergio Hidalgo           
Diego Silveti cortó una oreja tras sobreponerse a dos aparatosas volteretas
La corrida de Jaral de Peñas deparaba emociones, pues simplemente por su trapío ya se antojaba un reto interesante para los toreros. Y es que las hechuras más cargadas a la sangre española (encaste Domecq), siempre llaman la atención en México, sobre todo tratándose de una corrida con una magnífica crianza, igualada y armoniosa, lo que habla muy bien de Juan Pedro Barroso como ganadero.

Sin embargo, al final sólo embistió realmente bien un toro, de nombre "Mazapán", número 90, burraco de capa, con el que Diego Silveti obtuvo un triunfo que debió alcanzar cuotas de mayor trascendencia. Porque si bien es cierto que le plantó cara y se sobrepuso a dos aparatosas volteretas, de las que se salvó de milagro de resultar herido gravemente, a este toro era imperativo tumbarle las dos orejas con fuerza y salir a hombros de La México con un triunfo de más calado.

A favor de su actuación hay que apuntar el carácter para imponerse a las dos palizas de órdago que sufrió, el no desfallecer nunca y seguir en la línea de fuego para concluir una faena con tintes dramáticos en la que hubo estructura y varias series de trazo limpio y buen acabado.

La gente disfrutó la entrega de Diego, y pasó miedo cuando lo vio no sólo en los pitones del encastado "Mazapán", sino también a merced, inerme sobre la arena, donde el de Jaral de Peñas lo busco con celo para herirlo.

Un pinchazo previo a la estocada impidió redondear un triunfo que le dejaría mejor posicionado de cara al resto de la temporada. Pero se agradece su gesto, la hombría que desplegó para solventar la papeleta, pues nadie ha dicho que la bravura sea cosa fácil de enfrentar.

En el sexto, un colorado hornero de imponente lámina, que compuso el lote más llamativo de la corrida, Silveti buscó hacer las cosas con serenidad, pero la falta de transmisión del toro dio al traste con sus buenas intenciones.

En un tenor similar embistieron los demás toros, siendo alguno más noble que otro, pero ya sin la bravura emotiva y tenaz de "Mazapán", y tanto Alejandro Talavante como Arturo Saldívar hicieron un digno esfuerzo por agradar, siendo el hidrocálido el que más huella dejó gracias a una férrea determinación de triunfo que, lamentablemente, no llegó.

es que la gente vio con mucho agrado la actitud de Saldívar, que toreó con arrojo al primer toro de su lote, un ejemplar que huía continuamente de la muleta y al que recibió de capote de manera trepidante, ya que de salida le dio varias chicuelinas de rodillas, en los medios., con mucha exposición. Después trató de acosarlo en tablas, para obligarlo a embestir, y le robó pases meritorios en una faena marcada por la raza.

El quinto fue otro toro deslucido con el que Arturo no alcanzó a emocionar, aunque al final la gente salió convencida de que su ímpetu de triunfo siempre estuvo latente.
Parecía que el cuarto iba a tener más fondo, y de haber sido así Talavante le hubiera formado un lío, pues el toro embistió con clase y humillado, pero sin la fuerza necesaria y el fondo suficiente para aguantar una faena completa.

El extremeño le dio algunos muletazos con tersura, mucha plomada en las zapatillas, y toques precisos, como también se los dio al que abrió plaza, otro toro de impecable lámina, dócil y carente de transmisión.

Y por eso fue una lástima que la corrida de Jaral de Peñas no tuviera ese punto mayor de contenido, porque su continente cantaba algo más importante. Por lo pronto, ahí queda la honorabilidad del ganadero para volver con su hierro a lidiar una corrida completa en México al cabo de doce largos años.

Ficha
México, D.F.- Plaza México. Sexta corrida de la Temporada Grande. Poco más de un tercio de entrada (unas 15 mil  personas) en tarde agradable.Toros de Jaral de Peñas, muy bien presentados, de poco juego en su conjunto salvo el 3o., que fue bravo, premiado con arrastre lento. Pesos: 508, 490, 488, 526, 485 y 503 kilos. Alejandro Talavante (frambuesa y oro): Silencio y silencio tras aviso. Arturo Saldívar (ciruela y oro): Ovación tras ligera petición y silencio. Diego Silveti (grana y oro): Oreja y silencio. Incidencias: Al finalizar el paseíllo la directiva de la Porra Libre entregó el trofeo "Manolo Martínez" aSaldívar, como triunfador de la campaña anterior. Destacó en banderillas Diego Martínez, que saludó en el 2o


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