Para comenzar, la primera "Corrida del Tequila" fue un éxito en el aspecto social. La convivencia fue muy agradable; la concurrencia se dio vuelo en la “cata” de marcas diversas. No hubo desfiguros y sí mucha alegría. La hemos pasado bien. En las finanzas al parecer, no hubo tanto éxito.
Sin embargo, las caras largas brillaron por su ausencia –buena señal. Un buen comienzo para un evento que promete mucho. Además, los dos coletas estuvieron muy dispuestos esta tarde y el público los arropó a través de todo el festejo. Hombre; hay detalles que mejorar, pero nada que sea complicado.
Vámonos al festejo taurino. El encierro de Reyes Huerta –excepción hecha del primero de la tarde, que si bien no mostró ideas malas, le faltó emotividad– no tuvo la mejor de las actitudes. Con "Dr. Bill", abre plaza del festejo Pepe Murillo hijo, que se rebozó en sabrosos lances a la verónica, bien rematados al soltar una punta del capote. Todo pintaba superior. Ya en el intento de quite por verónicas, el toro acusó la falta de fuerza y de emotividad.
Murillo se empeñó en hacerle fiesta desde el comienzo, al llevarlo con suavidad; pero no fue posible. Destacó una dosantina con un cambio de mano ligado con el pecho que lució mucho y el colofón por bernardinas ceñidísimas, con arrucina al calce y remate con el de pecho. Luego de un pinchazo en lo alto y de una entera desprendida que bastó, el público le llamó al tercio a recibir una ovación.
El segundo de su lote fue todo lo contrario. Aunque bonito de hechuras el negro bragado corrido, rabicano y apretado de cuerna, sólo permitió que viéramos la gran voluntad del torero tapatío con el capote. Para finalizar el primer tercio, nos regodeamos con un gran puyazo de Rodolfo Villalobos.
Con la muleta, Pepe –perdón la confianza, pero es que lo he visto desde crío– inició el trasteo con muletazos largos por bajo y la rodilla flexionada en la tarea de someter al de Reyes Huerta, que parecía haberle faltado castigo. Pero no, la verdad es que desarrolló un buen punto de genio; que si no es por la disposición del torero, si éste le hubiera despachado, todos contentos. Murillo le aguantó series por el derecho y, a pesar de que se quedaba corto por el izquierdo fue capaz de conseguir pasajes de calidad. Pa’ no variar –pero hombre hasta cuando–, otro pinchazo, una entera y el corte de una oreja que saboreó el torero de la tierra.
Oliver Godoy tuvo una tarde a contracorriente. El primero del par que le correspondió en el sorteo, nos dio coba. Oliver se hizo primero del astado y en seguida lo toreó muy bien a la verónica: con balance, con ritmo, bien le caminó y le dibujó una media en el mismísimo centro del ruedo. Cuando menos lo esperábamos, “Enamorado” lo arrolló de fea manera. A partir de ahí, el toro acortó su recorrido y sólo nos permitió ver la decisión de Oliver. Con una entera y un golpe con la espada corta despachó al burel, para retirarse en silencio al callejón.
Cerraría su actuación con “Dr. Riñón”. Feo nombre para un toro y de presagio igual. Los primeros compases de la faena tuvieron un aire de optimismo… pero el astado, poco a poco hizo muy reducido el traslado entre muletazo y muletazo. Con carácter, Godoy le plantó cara y aguantó el envite. Pero ya estaban avisados, toro y torero. El espada intentó someterlo con duro toreo por bajo, pero fue por demás. El burel se lo echó a los lomos y le propinó una paliza fuerte en verdad, y sufrió la cornada en el muslo derecho.
Con decisión, sin mirarse la ropa, sin aspavientos, se fue de nuevo al toro. El esfuerzo fue infructuoso. Era evidente que Oliver estaba disminuido. Sólo la afición y la vergüenza torera lo tenían delante de ese toro que aprendió más rápido, luego de la tremenda cogida. De todas maneras buscó –y consiguió– cuajar series por derecha que se le jalearon. Para concluir su actuación, el joven matador se comportó como tal y dibujó una soberbia estocada que le valió una oreja.
La fiesta continuó en los arbolados jardines del Lienzo Charro "Ignacio Zermeño", después que terminó el lado taurino de la ocasión. A mi forma de ver, la "Corrida del Tequila" tiene grandes posibilidades de convertirse en todo un acontecimiento. El reto no es nimio, pero por sus características, si se le pone talento y seriedad, los apoyos de índole diversa pueden fluir. La mejor de las suertes para el próximo evento.