Resumen de la Feria de Riobamba
Lunes, 13 Abr 2015
Riobamba, Ecuador
Santiago Aguilar | Foto: Andrea Acosta
Padilla triunfó con fuerza en la segunda corrida de feria
Dos interesantes corridas de toros se celebraron el pasado fin de semana en la plaza de toros "Raúl Dávalos" de la ciudad de Riobamba en el marco de su tradicional feria anual del Señor del Buen Suceso, espectáculos que se cumplieron con una importante asistencia de aficionados que disfrutaron de la labor de los toreros.
El sábado 11 de abril se lidiaron toros de La Viña y El Arriero, complicado conjunto de toros ante los que los cuatro lidiadores se esforzaron al máximo, actitud de los toreros reconocida con fuerza en el graderío e incomprendida en el palco presidencial que no supo premiar la tarea de unos y otros.
El festejo tuvo características de efeméride por la alternativa del torero local Diego Gaibor "El Carmelo", que cumplió una notable actuación, en tanto que los españoles Miguel Abellán y David Fandila "El Fandi", con paciencia y entrega, buscaron el triunfo, mientras que el rejoneador Sebastián Peñaherrera, una vez más, evidenció su progresión profesional.
Lidió El Carmelo al primero de la tarde que a la postre fue el único ejemplar que tomo las telas con clase, circunstancia aprovechada por el paisano para torear de capote de forma variada y vistosa tanto a la verónica como en el quite por navarras; la seguridad se repitió con la muleta al templar buenas series que calaron en el público, tras una estocada al encuentro recibió una oreja que supo a poco. Sin desdibujarse despachó con rapidez a un astifino y complicado toro corrido en séptimo lugar.
Miguel Abellán vive un momento importante de su carrera, expresada en la serenidad, el poso y la solvencia con que resuelve sus actuaciones; en la arena riobambeña pechó con un par de deslucidos ejemplares; sin embargo, en su primero estructuró un trasteo inteligente, casi perfecto en la administración de tiempos, distancias y toques; labor que sumada a un volapié de antología merecía una oreja finalmente no concedida. La maestría se repitió en el quinto un toro al que robarle un puñado de muletazos de mérito, al final la estocada cayó caída.
En la misma línea de capacidad y madurez pasó por Riobamba El Fandi y su espectáculo total; variopintos fueron los lances iniciales al tercero en que verónicas, zapopinas, chicuelinas y tafalleras llenaron al escenario de movimiento y color, tras los tres pares de rigor, manejó la muleta de rodillas en los medios e intentó intercalar el toreo con las dos manos, la res se vino abajo y el granadino debió abreviar, un pinchazo y una estocada despertaron un unánime pedido de oreja que no fue atendido.
La entrega se repitió en su segundo, un astado de muy poca duración al que lo lanceó con gusto a la verónica, prendió banderillas en un alarde técnico y físico que desencadenó el clamor popular, toreó de nuevo con intensidad con la tela roja a niveles de dominio absoluto, tras la estocada obtuvo un apéndice.
Anduvo seguro Sebastián Peñaherrera en su primero, un toro de cambiante lidia al que paró de manera espectacular montando a "Garibaldi", los cuarteos de "Cisne" y las batidas de "Calé" fueron medidos y precisos, el rejón de muerte descordó al toro de El Arriero, no obstante el público volcó a reclamar el premio denegado por el palco.
En el octavo de regalo del mismo hierro ejecutó cosas interesantes, faena medida y correcta con el mismo planteamiento, penosamente malograda en el tercio final.
Triunfo y puerta grande para Padilla
Con Juan José Padilla a hombros de los aficionados culminó la segunda corrida de la feria de Riobamba celebrada el pasado domingo, tarde de altibajos correspondiente al comportamiento de las reses que se lidiaron con los hierros de Campo Bravo y de El Pinar.
La tarde fue prologada por un trasteo de categoría firmado por Juan Serrano "Finito de Córdova" en el que cuatro preciosas verónicas y la acompasada media de rigor, anticiparon la disposición del artista ante un toro que se vino a menos con la muleta; sin embargo, el diestro muleteó por abajo con arte en muy buenas series por la derecha que culminaron con toreras trincherillas y largos pases de pecho. Pese a la correcta colocación del acero la res tardó en doblar y el premio se redujo a una ovación que reconoció la solera del gran Fino.
El cuarto, descastado y violento no le ofreció opción alguna, tras el macheteo preceptivo resolvió con rapidez.
Lo más vibrante del festejo estuvo a cargo de Juan José Padilla que rentabilizó a un estupendo toro de Campo Bravo al que le facturó una entregada labor con capote, las banderillas y la muleta. Con la tela rosa la larga cambiada de rodillas, antecedió a las chicuelinas, la prontitud y fijeza del toro se confirmó en el tercio de banderillas, virtudes a la que se sumó la clase con que tomó la muleta en un sin fin de pases por cada uno de los pitones, faena intensa de creciente emoción premiada con una oreja de un toro que recibió los honores de la vuelta al ruedo.
En el quinto Padilla enfrentó a un toro peligroso que exigió paciencia, colocación y valor para extraerle muletazos de mérito gobernando las descompuestas acometidas, pese al pinchazo recogió otro merecido apéndice.
El ecuatoriano Guillermo Albán anduvo voluntarioso buscando el triunfo ante un lote interesante. Al bonito tercero saludó de rodillas, lanceó a la verónica e inclusive alternó en con su cuadrilla en el segundo tercio; ya con la muleta el uso de la mano derecha dio forma a un trabajo concluido con una estocada baja.
Con el exigente sexto su quehacer no alzó vuelo pese a sus esfuerzos por meterlo en las telas, el viento y la indefinición de la res impidieron el acoplamiento indispensable, al final escuchó palmas.
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