La tarde de este domingo se llevó a cabo lo que se suponía sería la última novillada del serial novilleril, dicho esto porque la empresa decidió anunciar un festejo extraordinario a celebrarse el próximo jueves. En esta ocasión realizaron el paseíllo el michoacano Antonio Mendoza, el español Gines Marín y el tapatío Carlos Casanueva; al final de la tarde, sólo Mendoza logró tocar pelo.

Antonio Mendoza ha vuelto a pisar la añeja plaza y para ello salió muy dispuesto, con el primero de su lote aunque no se pudo acomodar del todo con el percal denotó la voluntad. Por su parte la faena fue estructurada en el terreno de los medios donde poco a poco fue ligando muletazos por el pitón derecho que le fueron reconocidos.

Es evidente que Mendoza es dueño de una muy particular personalidad que aunado a su buen quehacer le han permitido realizar un toreo de mucha calidad, mismo que fue abrochado por el aguante y los detalles de valentía. Para coronar su actuación sepultó el acero con una gran determinación y por ello recogió una oreja de mucho peso.

Para tratar de asegundar el triunfo, Mendoza recibió a su segundo enemigo con una larga pegado en tablas, de manera lamentable cuando trató de realizar las verónicas apareció el viento por ello decidió plasmar ajustadas chicuelinas.

Tras un emotivo brindis a Héctor Rojas, el michoacano se dobló con un astado que desde los albores de la faena regateó las embestidas. Sin desesperarse y en el terreno de los medios fue metiéndose entre los pitones para exponer enormidades, después de mostrar valentía y determinación llegaron los fallos con el acero por lo que saludo una cariñosa ovación.

Carlos Casanueva recibió al primero de su lote con verónicas hacia los medios que fueron de calidad. Con la muleta inició en el terreno de los tercios para dimensionar los pases por alto, acto seguido y en el terreno de los medios corrió la mano en varias series por el pitón derecho.

Su labor muleteril continuó por el lado izquierdo donde al igual que en los derechazos al encontrar la distancia precisa también apareció la dimensión, para terminar su primera participación ofició con la espada, lamentablemente tardó en doblar por lo que se limitó a recoger una ovación.

Con el quinto de la tarde, el tapatío Casanueva mostró voluntad con el capote tanto en los de recibo como en el quite. Ante la gran calidad de la embestida el de Guadalajara por momentos deletreó el toreo, en el centro del ruedo se fueron desarrollando series por ambos pitones que por su lentitud obtuvieron el reconocimiento de la concurrencia. Después de no acertar con la espada además de una ovación escuchó un aviso  

Para recibir al primero de su lote el español Gines Marín se abrió de capa con los pies juntos escuchando con ello el coro del público. Clavando las zapatillas en el terreno de los tercios inició con pases muy firmes para luego en el centro de la arena dimensionar los derechazos.

El toreo al natural también llegó en el terreno de los medios sin embargo lamentablemente no se encontró la distancia adecuada, aunado a lo anterior el novillo salía con la cara alta y comenzó a regatear las embestidas. En un momento fue prendido por la pierna derecha sin consecuencias, tras las postreras manoletinas y media estocada se retiró en silencio.

Con el que cerró plaza, Marín trató de lancear a la verónica además de realizar un quite por chicuelinas. Con la franela las cosas no han rodado del todo claras no encontró la distancia y por momentos la faena estuvo a la deriva, además de lo anterior y tras las fallas con la espada llegaron las protestas.