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Especial: Por tu vida, Chafik

Domingo, 12 Abr 2015    México, D.F.    Gustavo Granados | Foto: Archivo   
Un texto en homenaje, a un año de su partida

"La memoria es el agradecimiento del corazón", dice un conocido ganadero, y por eso hoy la memoria nos obliga a plantear un recuerdo de Chafik y lo que fuera sin él y su legado a un año de su partida. 

No soy devoto de San Martín de Porres, aunque sí creo en la fe y la pasión taurina. Tampoco he visto más de 10 veces la película de Currito de la Cruz, la cual dijo Pepe Chafik, fue su inspiración para hacerse ganadero; pero sí recuerdo en la devoción y las anécdotas de Chafik, su trascendencia taurina que hoy revivimos a un año de que ya no está aquí. 

Pero para ser muy objetivo habría que hablar de alguien que dejó un legado en la tauromaquia, preguntándonos; ¿por qué debemos reconocerle?. Hoy, don José Chafik Hamdan Amad, eres recordado, "por tu vida" como decías invariablemente.

Hay varias cosas que representó la historia de Chafik en la Ganadería Mexicana. E primer lugar logró trascender el legado del encaste mexicano, particularmente de don Antonio Llaguno, llevando a San Martín a un nivel de ganadería que marcó una época, consagrando tardes fundamentales en plazas de todo México, absorbiendo los conocimientos máximos de la casta fundacional de los Llaguno, desde que Toño Obregón Santacilia fue su patrón y mentor como ganadero, hasta 1966 cuando surge San Martín, lidiando su primer novillada con éxito después de comprar al famoso picador Juan Aguirre "Conejo Chico" el hierro, y de ahí en adelante un sin número de triunfos que serían materia de un libro completo.

El segundo gran mérito fue que logró cuidar a las familias fundacionales del encaste mexicano y crear un encaste prácticamente propio basado en el conocimiento de las líneas genealógicas de varias reatas y el fenotipo de vacas y toros que lograron hacer una base de simiente, cuyos hijos o nietos de sus sementales estuvieron regados por las ganaderías mexicanas más importantes y fueron base o refresco del éxito de la actual cabaña brava mexicana.

Fue también quien produjo, me atrevería a decir, el mayor número de sementales que padrearon en las últimas décadas en otras ganaderías; es decir, fue en un sentido figurado, la ganadería madre que regó su sangre en las ganaderías que más triunfaron en estos lustros. Aunque cuando le preguntaron cuáles fueron sus toros más importantes, no dudo en responder que el "Juanito" –nombrado así por su sobrino Juan Carbonell- ha sido el toro que más descendencia dejó, y después del "Guantero" 453, el 130 de la Y, así como el "Vengativo", de San Mateo, número 25.  

Pero también logró una interpretación de la forma de reproducción y lidia que fue innovadora y única, en principio trabajando con la pureza, la consanguinidad y el manejo de las razas a, b y c, la forma de calificar las vacas en los tentaderos, como la famosa nota para ver como humillaban en C1, C2 o C3, detalles como el comenzarlas por abajo y llevarlas aprendiendo, o bien la forma y colocación de los ojos y la distancia de la sien que decía él era fundamental para el buen embestir, así como el escalón del cuello para el tipo, entre muchas otras cosas, algunas menores y otras mayores, pero que hicieron (al igual que con otros ganaderos) una forma de llevar los ranchos o dehesas que marco época.  He visto inclusive muchos libros ganaderos que conservan el "+ JMJ" (la cruz- y el Jesús , María y José) que fue un signo de todas sus notas y contratos, por lo tanto su legado queda patente para la historia.
 
Un cuarto gran logro fue la inclusión del ganado español a México; en la década de los noventa amplio y cambió la ganadería en nuestro país por la llegada del refresco y conformación mayor del encaste Saltillo-Santa Coloma, ya que desde 1945 no se permitía ninguna importación de cabezas españolas.  El valor de aventurarse a traerlo en 1996 y 1997, la genialidad de la selección, y después el éxito del llamado “piquete español”, dio a Chafik otro mérito en la hoy bien posicionada fiesta de nuestro país; cabe señalar que en esta apuesta participaron también Eduardo Martínez Urquidi y Arturo Jiménez Mangas, y en el arranque con inicitiva también de Luis Barroso Barona. En esa importación llegaron 23 machos y 55 vacas del encaste Marqués de Saltillo y regaron por México la sangre de estos animales.
 
En la historia de los mexicanos ganaderos en el mundo y particularmente en la interacción con el país que dio origen a la fiesta brava “España”, nadie hubiera pensado que conformar una ganadería de varios hierros, armar empadres, debutar inmediatamente en novilladas, lidiar corridas en plazas de primera, resucitar un encaste querido por la afición hispana, lograr llegar a ser solicitado por las figuras, para culminar recibiendo premios en Madrid y otras ciudades, sería posible en tan solo una década, “misión imposible”. 

Pero para Chafik y su socio Marcelino Miaja, la idea que surgió en 1993 y se materializó con la propuesta de Juan Sanchez Fabres, quien quería vender su ganado de procedencia coquilla-santa coloma, a la par de compras de ganado de Buendía, Paco Camino, sementales de Graciliano Perez Tabernero, vacas de Barcial origen Veragua conocidas como los patas blancas, Joaquin Moreno Silva con Saltillo puro y para rematar un lote de Parlade-Domecq de Daniel Ruiz, (que hoy posee por cierto El Juli) de ese mosaico multicolor, se hizo la mezcla para la pócima de sus éxitos en España.

Si hoy planteamos una remota posibilidad de ello, simplemente sería inaudito para la mayoría pensar que ese iba a ser el resultado. Del Chafik apoderado de la máxima figura de México en su momento Manolo Martínez, no puedo materializar su legado en un texto tan breve como este, pero sin duda se resume en el toro “toda una época” y la faena de su despedida. De igual forma, hay quien me ha dicho que don Pepe fue quien descubrió a la máxima figura José Tomas; creo que José Tomás nació y se descubrió solo, pero sin duda después de aquel día con Victorino Martín cuando decidieron traer a José Tomás a La Gloria -la finca queretana de Chafik-, en la que por cinco años vivió el de Galapagar y prácticamente donde se constituyó el brinco cuántico de José Tomas novillero a matador de toros, fue otro capítulo de grandeza en la historia de don Pepe.

Pero me estaba faltando algo, el amigo y el hombre; en noviembre de 1962, Adolfo López Mateos dijo: "quien no tenga un amigo libanés, que lo busque". Fue un gran amigo, pero un árabe nunca podía dejar de lado su negocio, era su naturaleza y quizá quedaron en el camino secuelas y heridas de negocios que enmendar, pero la muleta y el capote de brega se rasga y se rompe pero siempre se puede zurcir y enmendar, a veces solo falta "tiempo" y coincidir, pero "Hayati", como le decíamos algunos, era un hombre de fe incansable; quizá por eso logro hacer milagros.

Fue un apasionado, hiperactivo, talentoso, genio... a quien el tiempo dará un lugar protagónico, porque hoy no se explica una ganadería sin las otras, una historia de triunfos sin sus toros, un torero sin sus lecciones, como muchos otros ganaderos que ya están en la historia de esta gran fiesta.

No puedo concluir sin recordar la fecha del 26 de febrero de 2008, cuando en Madrid el ganadero Claudio Huerta Guerra y yo, pudimos acompañarlo a recibir el galardón de la Asociación el Toro de Madrid, una de las más duras, quienes le dieron el premio por el mejor toro lidiado en toda la temporada 2008: al toro "Coquito", pero concluyendo el evento caminamos por casi dos horas hasta el Hotel Wellington de la calle Velázquez, y ahí confirmé la grandeza de un ganadero consumado, la despedida de su aventura por España porque estaba vendiendo ya su parte, pero sobre todo la satisfacción que nos hizo evidente por haber logrado ya todo lo que el como ganadero buscó en su vida.

Creo que el mundo ganadero le debe un reconocimiento mayor, la familia taurina lo sabe, pero hay que garantizar que se haga público, hoy ha pasado un año de su muerte, hoy va por ti, "por tu vida".


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