Diversos matices surgieron en la primera corrida de la Feria del Caballo, en la localidad mexiquense de Texcoco, donde Ignacio Garibay, Joselito Adame y Sergio Flores brindaron una actuación interesante ante un encierro de Piedras Negras que no fue fácil en términos generales.

Nacho Garibay abrió plaza ante un ejemplar que, si bien es cierto parecía en los primeros tercios que no iba a propiciar mayor lucimiento, comenzó a tomar bien la muleta, con claridad. Esto lo aprovechó el torero para engarzar un par de sabrosas tandas por derecha.

Sin embargo, el toro duró poco y empezó a tornarse tardo. Garibay buscó exprimir hasta la última gota y al final fue recompensado con una ovación, premio a una labor con buena cabeza y en la que destacó también el toreo a la verónica con el que recibió al astado.

Su segundo fue muy complejo en su comportamiento, pues desde los lances iniciales comenzó a desarrollar sentido, manifestándose incómodo. Despejado de ideas, Nacho supo dejarle la muleta ligeramente retrasada y, con base en firmeza, extrajo muy meritorios derechazos, impregnados de reciedumbre.

El trasteo fue completamente derechista, pues era el perfil por el que el toro permitía un poco más, y muy medida en cuanto a extensión. A la postre saludó desde el tercio, aunque pudo hacer cortado una oreja de no haber sido por sus fallas a espadas. Buen sabor dejó un Garibay que reapareció tras varios meses sin torear, y no lo acusó.

El primero de Joselito Adame prácticamente no tuvo un pase, pues de continuo estaba pendiente del torero y acudía a la muleta sin estar realmente embebido, desarrollado sentido de forma pronta. El hidrocálido acertó en abreviar y resolvió toreramente por la cara.

Su segundo fue el toro que tuvo mayor movilidad de la corrida, aunque no terminó por emplearse y en ocasiones culminaba el muletazo con la cabeza a media altura. Animoso, Adame toreó bien de capote y quitó por chicuelinas, cubrió el segundo tercio con más esfuerzo que lucimiento y planteó una faena alegre y variada, aprovechando que el toro se movía.

Hubo tandas con la diestra que le fueron coreadas, aunque los mejores pasajes vinieron al torear al natural, pues logró alargar más el trazo de su muleta. A la postre, perdió el triunfo al no estar certero con el acero, aunque el público le reconoció con una cariñosa salida al tercio.

Para Sergio Flores fue un lote muy complicado y prácticamente no tuvo "tela de donde cortar". A su primero lo toreó de forma suculenta con el capote, jugando los brazos con ritmo y temple, para rematar con doble media verónica. Cuando parecía que el toro iría a más, cambió de lidia y llegó a la muleta incierto, con un peligro sordo que complicó el panorama para el tlaxcalteca, que supo resolver gracias a su buen sitio.

El que cerró la función taurina tampoco brindó mayores opciones, pues no contaba con demasiado recorrido ni fuelle. Sergio dejó algunos instantes que le fueron coreados, toreando por derecha, aunque la faena se fue diluyendo ante las complicaciones del ejemplar.

Cabe señalar el mérito de estos tres toreros al actuar ante Piedras Negras, una ganadería a la que muchos toreros no quieren salirle y que, si bien es cierto hoy dio poco juego, preserva un comportamiento exigente y bravo. Ahora, la parte taurina de la Feria del Caballo continuará el próximo fin de semana, ya en la parte medular de la Semana Santa.