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Espectro Taurino: El hubiera no existe

Sábado, 21 Mar 2015    México, D.F.    Jorge Raúl Nacif | Opinión   
La columna de cada sábado
El hubiera no existe, y esto es una verdad innegable, pero en ocasiones es interesante plantear un ejercicio reflexivo sobre lo que pudo pasar en caso de que las circunstancias fueran distintas y, en este momento, aplicado al ámbito de dos toreros que, por causas y azares, no continuaron con su carrera.

Los matadores retirados Arturo Gilio y Gerardo Gaya torearon en público el pasado jueves, en la Plaza Arroyo y dentro del festival "El Toreo se Viste de Azul". Desde que tomaron la decisión de retirarse, siendo muy jóvenes, han llegado a torear muy poco en público y prácticamente no se les había visto partir plaza en festivales, quizá sólo en ocasiones contadas con los dedos de una mano.

Y aunque de un festival se trató, bien dicen en mi barrio que "desde la forma de agarrar el taco se conoce al que es tragón", y ambos diestros dieron una "probadita" de lo que pudieron llegar a ser en el ámbito de los matadores de toros en caso de haber continuado con su trayectoria taurina, misma que dieron por terminada por diversos motivos que nada tuvieron que ver con su nivel en el ruedo.

Arturo Gilio fue un novillero importante y un matador que siempre fue a más. Aunque corta, su época de matador resultó intensa, con sabor y triunfos en diferentes cosos. Quizá los aficionados jóvenes no lo saben, pero tomó la alternativa en la Plaza México, en 1992, y aquella tarde le tumbó el rabo al toro "Genovés", de De Santiago.

El jueves pasado mostró aquellos rasgos que siempre conquistaban a los públicos, como alegría y frescura, pero sin alejarse de la ortodoxia del toreo bueno y templado. No nos cabe la menor duda que Arturo pudo haber sido una figura del toreo, e incluso ya iba por ese camino antes de la decisión de hacerse a un lado en su faceta de matador de toros.

Apenas tomó la alternativa, en el año 2000, y Gerardo Gaya determinó no continuar adelante, más allá de las cualidades que como novillero se le advertían. Incluso, rivalizó con El Juli en la Plaza México, coso en el que triunfó durante la Temporada Chica 1997, dándose a conocer como un diestro que se desempeñaba en la cuerda del arte.

Muletazos con desmayo y sentimiento cuajó el jueves. Sin torear prácticamente nunca y ser capaz de hacer lo que hizo, ¡qué sería sí tuviera 20 festejos al año en el cuerpo! Gaya corroboró, de alguna manera, lo que manifestaba en aquellos años novilleriles... que en él podía existir un torero importante y con proyección para lograr figurar.

Pero como exponíamos al principio de esta columna, el hubiera no existe, y tendremos que conformarnos con las pinceladas que estos dos artistas brindaron en este festival taurino. Sinceramente, nos emocionaron a todos los que estuvimos en la Plaza Arroyo, y máxime por el motivo tan noble que convocó al evento.

Ojalá que mucho dinero se haya recaudado en el "Toreo se Viste de Azul", para apoyar a los niños autistas, esos niños que son un tesoro y que necesitan el apoyo de toda una sociedad. Así sea.

@jorgeraulnacif


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