La pintoresca Plaza Arroyo fue el escenario para que el maestro extremeño Alejandro Talavante sostuviera un ameno encuentro con la prensa taurina de cara a su actuación del próximo domingo en La México, evento en el que lidió un novillo de la ganadería de Jaral de Peñas como parte de su puesta a punto.

Y así, ante los periodistas taurinos de esta capital y vestido de charro, Talavante dio rienda suelta al toreo bueno, ese que brota de las fibras más sensibles de su inspiración. Y aunque prácticamente a puerta cerrada, pues la invitación fue en petit comité, ¿cómo no abrir el frasco de esencias cuando se tiene delante un ejemplar de extraordinaria virtud?

El novillo de Jaral de Peñas, que no escondía su encaste español, se ganó su vida en el ruedo ya que, a la postre, fue indultado. Bravura, fijeza y un gran ritmo en sus embestidas, fueron algunas de las cualidades que Talavante aprovechó al máximo para construir una faena de altos vuelos, un trasteo que, si lo consigue el domingo en la Plaza México, pone al público en pie.

Al principio, los colegas de la prensa se mostraban serios y muy en su papel, como cuando se cubre un evento. En esta tesitura, no se aventuraban a corear los finos muletazos del extremeño, hasta que los trazos con la zurda desgarraron el "olé" más profundo y, al mismo tiempo, natural. Con un toreo cada vez más clásico, el ibérico verdaderamente deleitó a los asistentes.

Conforme avanzaba la faena y el novillo mantenía su ritmo en una gran cantidad de pases, comenzó a rondar la posibilidad de que no fuera estoqueado. "A mí me sirve más matarlo, pero me daría pena hacerlo", exclamó Talavante ante la calidad del ejemplar y dirigiéndose al ganadero Juan Pedro Barroso, que amablemente donó el novillo para este encuentro.

Finalmente se determinó el indulto y el bravo "Agradecido" volverá al campo bravo, mientras que Alejandro emprenderá el camino que lo llevará nuevamente al ruedo de la Plaza México, un coso que siempre le ha generado gran ilusión y responsabilidad, ya que, nos dijo, lo pone junto con Madrid y Sevilla como esos escenarios de máxima importancia.

Tras el gratísimo sabor de boca que dejó la lidia del novillo, en la que estuvieron presentes Chucho y Pepe Arroyo, así como Rafael Báez, el mariachi comenzó a amenizar la tarde mientras los periodistas pasaban a sus respectivas mesas en uno de los salones del Restaurante Arroyo, donde se degustó la tradicional sopa azteca, precedida de un platón de suculentas carnitas.

Talavante tomó el micrófono y agradeció la presencia de la prensa taurina recalcando la trascendencia del compromiso del domingo, en la que estará acartelado con el rejoneador Rodrigo Santos, Fermín Rivera y Sergio Flores, esperando poder cuajar a un toro como sabe hacerlo.

Así, con la alegría de los caballitos de tequila y una buena cerveza negra, la charla de toros se prolongó hasta bien entrada la tarde, siempre brindando por el bien de nuestra querida Fiesta y compartiendo anécdotas.  El más ocupado fue precisamente Alejandro Talavante, que se dio tiempo para conceder entrevistas, una tras otra y con una sonrisa que presagia para el domingo una gran tarde de toros.