Banners
Banners
Banners

Efemérides: El adiós de El Capea en La México

Miércoles, 04 Feb 2015    México, D.F.    Jorge Raúl Nacif | Foto: JAL   
Hace 20 años dijo adiós en una de sus plazas más queridas
El 5 de febrero de 1995, mañana hace 20 años, el maestro salmantino Pedro Gutiérrez Moya "Niño de la Capea" se despidió de la afición de la Plaza México, un escenario muy especial para él, y en el marco del aniversario número 49 del monumental coso de Insurgentes.

Todo ese cariño del público de nuestro país quedó de manifiesto aquella lluviosa tarde, cuando ante el grito de "hasta siempre, paisano" partió plaza en lo que fue un mano a mano con el capitalino Manolo Mejía, gran triunfador de aquella Temporada Grande 1994-1995.
 
Y así, entre lágrimas de emoción, tanto del torero como del público, le cortó las orejas y el rabo al toro "Piropo" de Pepe Garfias, quinto de la tarde, un ejemplar que no le puso del todo fácil el panorama, pero ante el que demostró toda su sapiencia taurina para construirse una faena importante.

El Niño de la Capea regaló trazos con largueza y profundidad, pero sobre todo impregnados de sentimiento, sensaciones que se contagiaran rápidamente en un tendido que comenzó a agitar los pañuelos blancos al son de "Las Golondrinas", melancólica melodía que se desgranó desde las alturas.

Muchos años antes, en sus inicios, había dejado constancia de sus cualidades. Nacido en Salamanca el 17 de septiembre de 1952, de niño fue alumno de la Escuela Taurina La Capea; de ahí su sobrenombre. A la edad de 16 años, el 3 de mayo de 1969, debutó sin picadores en su ciudad natal y, su presentación con los del castoreño tuvo lugar el 17 de julio de 1970, en esa misma ciudad; un año más tarde pisó el ruedo de Las Ventas de Madrid.

Pedro tomó la alternativa el 19 de junio de 1972, en Bilbao. Fue el maestro Paco Camino el que le cedió los trastos al El Niño de la Capea, en presencia de Francisco Rivera "Paquirri" y ante el toro "Mireto", de Lisandro Sánchez, al que logró cuajar en una sensacional faena y que derivó en el corte de las dos orejas, primero de los triunfos para el nuevo matador salmantino y que fuera una premonición de la exitosa carrera que lograría.

Su confirmación en el coso de la calle Alcalá ocurrió un 21 de junio de 1974, siendo apadrinado por Sebastián Palomo Linares y de nuevo Paquirri fue el testigo. A lo largo de su carrera abrió cinco veces la puerta grande de Las Ventas, siendo la última en el año de 1988.

El Capea mantuvo siempre una interesante rivalidad con Julio Robles y José Mari Manzanares, con los que regaló tardes de buen toreo y de triunfos. El salmantino ocupó la punta del escalafón español durante los años 1973, 1975, 1976, 1978, 1979 y 1981.

Alternando con sus temporadas europeas, Pedro realizó campañas en América y se convirtió en uno de los toreros extranjeros más queridos en México durante la parte final del siglo XX, dejando su arte en muchas plazas de nuestra geografía nacional y ganándose el respeto y cariño de la afición.

Ahí quedará para el recuerdo aquella soberbia faena que cuajó en la Plaza México el 4 de mayo de 1986, cuando dibujó el toreo en una faena fenomenal ante el toro "Samurai", de la ganadería de Begoña, que a la postre fue premiado con el indulto por todas las virtudes que demostró en el redondel.

Se despidió de los ruedos de forma definitiva el 16 de abril de ese mismo año 1995, en Málaga, tarde en la que le otorgó la alternativa a Javier Conde. Pese a estar en el retiro, El Capea ha toreado algunos festivales y el 5 de diciembre de 2004 volvió a efundarse el terno de luces para confirmarle la alternativa a su hijo, Pedro Gutiérrez Lorenzo, en la Plaza México.

Ahora como ganadero, propietario de los hierros de San Mateo, San Pelayo y Carmen Lorenzo, continúan los triunfos, pues sus vacadas poco a poco se posicionan dada la calidad que muestran los ejemplares lidiados y que han sido materia prima para triunfos de diestros y rejoneadores.


Comparte la noticia