Cuaja Ponce otra faena de maestro en QRO (video)
Viernes, 23 Ene 2015
Querétaro, Qro.
Raúl Magos | Foto: Juan Noguez
Durante la corrida nocturna celebrada hoy
En el mismo tenor de su feliz reencuentro con la afición de la Plaza México, Enrique Ponce cuajó una faena plena de maestría y detalles artísticos durante la lidia del segundo de su lote, en esta primera corrida del año en la plaza Santa María.
De salida el de San José, aún sin entregarse, le permitió al valenciano recrearse en algunos lances de bella factura, que sin embargo no fueron tan rotundos en el tendido por esta condición. Tras un quite por mandiles, y como dictaba la lidia en varas y banderillas, donde el toro mostró un punto de brusquedad en la embestida, Enrique decidió iniciar por bajo para destroncarlo.
Tras ese poderoso y a la vez estético inicio de faena, se dio a torear por el pitón derecho y las tandas fueron subiendo en intensidad, sobre todo al rematar una de ellas con un deletreado cambio de mano por la cara. No pasó mucho tiempo para que el de San José mostrara tendencia a tablas, y Enrique lo sacó una y otra vez de esa zona para cuajar buenos momentos por ambos pitones, aderezados por los cambios de mano, y cómo no, ya en alarde de dominio, la poncina.
Una vez que cuajó este pase, marca de la casa, la plaza estaba puesta en pie. Tras la estocada, desprendida y algo trasera, el toro tardó en doblar, lo cual enfrió un poco el entusiasmo. Curiosamente el toro, que acusó marcadamente la tendencia a su querencia, una vez herido, cruzo el ruedo para ir a doblar hasta la zona contraria del ruedo. Quizás por todo el tiempo transcurrido, en cuanto aparecieron los dos pañuelos desde el biombo, hubo protestas. De cualquier manera la faena ahí quedó, por encima de las condiciones del toro, y por ello el torero de Chiva dio la vuelta al ruedo satisfecho.
En su primero, que no dio opción de lucimiento y además pareció tener un problema en las patas traseras, obtuvo silencio.
Diego Silveti estructuró una faena con pulso delante del cuarto toro de la noche, que finalmente sería el que destacó del encierro. Lo recibió con buenos lances a la verónica, destacando la media a pies juntos. Ya en la muleta el toro le permitió recrearse en varias series por el pitón derecho, en la zona de los medios. Hubo una de naturales, aunque finalmente se sintió a gusto Diego con las condiciones mostradas por el otro pitón y la faena fue eminentemente derechista. Epilogó con una serie de pases alternando los lados, que le resultó muy lucida. Llegaría la oreja tras un pinchazo y una estocada entera y trasera, mientras que para el toro hubo arrastre lento.
Con el que cerró plaza, un toro que pasaba sin transmitir y levantando la cara en el último tiempo del muletazo, realizó una faena larga y voluntariosa. Pinchó y le sonaron un aviso, además de las palmas de reconocimiento al esfuerzo.
Por su parte, a Juan José Padilla se le recibió cariñosamente y con la gente expectante por todo el esfuerzo que hace siempre por dar espectáculo. En su primero estuvo lucido con el capote, tanto en el recibo por verónicas como las chicuelinas andantes para colocar el toro en el caballo, mientras que en banderillas sobresalió el tercer par, con el toro exigiéndole a corta distancia. A la muleta llegó el toro con medias embestidas y a media altura, por lo que había que pisarle el terreno, cosa que hizo el jerezano hasta conseguir naturales de mérito. Luego recurrió a sus recursos heterodoxos, siempre buscando agradar y ante las condiciones del de San José. Tras un pinchazo hondo metió la espada en buen sitio, recibiendo una oreja que fue protestada por algún sector de la plaza.
Con el sexto, un toro sin transmisión, no tuvo oportunidad de lucir con el capote y no quiso banderillarlo, lo cual hizo que una parte del público quedara desencantada y en cierta forma condicionara su interés en lo que vendría el último tercio. Ya con la muleta consiguió Padilla alguna serie al natural y escuchó palmas tras sepultar la espada al tercer viaje.
Y lamentablemente Arturo Saldívar pechó con el lote más deslucido del encierro, quedando prácticamente inédita su actuación. Su primero, un auténtico cromo por sus hechuras, no correspondió a éstas y únicamente le permitió un buen saludo a la verónica. Llegó con peligro al último tercio, echando la cara arriba por ambos lados para luego terminar distraído. Habilidoso, dejó Arturo una estocada entera y fue silenciada su labor.
El séptimo evidenció sus condiciones prácticamente desde su salida, volviendo sobre las manos e impidiendo que Saldívar se prodigara con el capote. En el último tercio no había mucho qué hacer ante lo deslucido de sus embestidas y que el viento estuvo molestando. Falló Arturo con la espada y nuevamente obtuvo un balance de silencio.
Ficha Plaza "Santa María". Tres cuartos de entrada en noche fresca, con algunas ráfagas de viento. Ocho toros de
San José, bien presentados y en tipo, complicados en general, de los que destacó el 4o. por su calidad y fue premiado con arrastre lento. Pesos: 547, 490, 496, 550, 530, 503, 537 y 546 kilos.
Enrique Ponce (grana y oro): Silencio y dos orejas.
Juan José Padilla (plomo y oro con remates negros): Oreja y palmas.
Arturo Saldívar (obispo y oro): Silencio en su lote.
Diego Silveti (espuma de mar y oro): Oreja y palmas tras aviso. Incidencias: Destacó con las banderillas
Diego Martínez por un par de mucha exposición en el 7o.
Comparte la noticia