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Interesante cerrojazo de feria en Pachuca (fotos)

Domingo, 26 Oct 2014    Pachuca, Hgo.    César Montes | Foto: Juan Manuel Cervantes          
Luis Gallardo paseó una oreja con fuerza

No sabemos la intención del porqué la corrida de los toreros de la tierra fuera con entrada gratuita, pero está la certeza de que tuvieron el poder de convocatoria pues la monumental “Vicente Segura”, por un pelito, casi se llenó, lo cual, como sea, ya es un punto positivo porque de sobra es sabido que público es renuente a ir a los toros, o, con poca afición.

La corrida de Santa María Xalpa, rechazada en mayo pasado y que estaba destinada a que la estoqueara El Juli, regresó al campo “a ponerse” y ahora la enfrentó una terna que, es cierto, requería de toreros con experiencia y bagaje, pero a cambio la solventaron con voluntad y disposición, cosa que en general lo agradeció la concurrencia, porque además, si nos ponemos a ver que los toros según el número marcado arriba del brazuelo, “daba” como resultado que tenían seis años de edad, y eso se notó también.

Así las cosas, Pablo Samperio, que cumplía diez años de que tomara la alternativa aquí mismo, recibió a su primero con una larga de rodillas en tablas, a un astado de impresionante arboladura, como de esos de la camarga francesa, pero sólo tenía eso, “apantallaba”, porque fue noble y lo veroniqueó de pie en repetidas ocasiones.

En banderillas, como casi todos, sacó complicaciones, pero en la muleta metió la cara, se desplazó largo, y Samperio, sereno y con gusto, lo toreó bien por ambos pitones, dibujando muletazos largos que los paisanos le agradecieron. Manoletinas y una estocada apenas caída epilogaron su labor, para cortar una oreja que se pidió con fuerza, y palmas en el arrastre al animal.

El segundo de su lote fue un espectacular jabonero con una lidia digamos que “extraña”, lo mismo se empleaba en los capotes, que luego hacía por irse como si fuera manso. Lo saludó con un farol en los medios de rodillas, y ahí aguantó la pronta embestida del animal que casi volvía en dos manos. De igual manera se comportó en el tercio de varas la res, y que había que medirlo, porque en la muleta desarrolló también nobleza, y requería de distancia y lo llevaran a los medios.
 
El toreo, en el terreno de los tercios, le pegó algunos naturales a un toro tardo en su acometida, quizá difícil de templar, pero que tuvo fijeza y calidad. No terminó de “encontrarse” el diestro, lo que la gente le reprochó, por lo que luego de algunos pinchazos antes de una certera estocada, se retiró bajo una marcada división de opiniones.

Por su parte, Luis Gallardo se reencontró con él mismo, porque en algunas tardes anteriores por el interior del estado, le había faltado ese “algo”, que hoy lo dio ante su público con el primero. Un astado al que veronqiueó con gusto, por lo que le aplaudieron, y que fue bravo en el caballo. De muleta había que darle tiempo al animal y pegarle tandas cortas, no se trataba como el toro común mexicano que viene de la línea de San Mateo.

Así, duró poco la res, pero lo que duró, el torero le hizo cosas buenas, aguantó algún parón a medio viaje de los muletazos, y llevó con temple y largueza en varios ayudados que hizo disfrutar a la asistencia.  Lo mató de certera estocada y le concedieron una oreja con fuerza.

Su segundo es cierto que le faltaba un punto de clase en la acometida, y luego de un puyazo donde recargó con fijeza y metiendo los riñones el burel, con la muleta no terminó de acomodarse. Quizá un poco más de estructura y de “hallarse” con el animal, le hicieron falta para que la faena remontara, pero repetimos, hizo su esfuerzo y tras una estocada caída dio la vuelta al ruedo con fuerte petición de oreja.

El que se fue de vacío fue Miguel Ángel Roldán, que pudo haber conseguido un trofeo de haberlos matado bien, porque siendo un par de “crucigramas” los toros que le correspondieron, le echó corazón al asunto. Su primero protagonizó una espectacular pelea en varas con el caballo de la querencia, aguantando la reunión, y empleándose bien el picador Jesús Caballero “El Huichapan”.

También lucieron, dejándose ver y haciendo muy bien las cosas, los banderilleros Fernando García y Fernando Guerrero. En la muleta, el toro lo mismo se empleaba en una tanda, que luego era tardo para repetir la acometida. Abrevió y mató de estocada caída, haciendo una muerte de bravo el animal, para ser ovacionado el torero.

Al que cerró plaza lo recibió Fernando Guerrero, acometiendo el astado con fiereza, como se dice, “comiéndose” el capote, y bien ha estado al pararlo el subalterno. Luego, cuando salió el torero, el toro ya no fue lo mismo y se lo pensaba para acometer al percal.

En la muleta había que aguantarle el que no repitiera las acometidas, pero cuando lo hizo el torero, éste lo aprovechó. Desafortunadamente no estuvo certero con la espada y quedó en una ovación de reconocimiento por parte de sus paisanos.

Abrió plaza el rejoneador Leonardo Zatarain, que estuvo bien lidiando a un astado distraído de salida, al que le clavó tres rejones de castigo a silla pasada, mostrando nerviosismo. En banderillas se estuvo más confiado y con gusto, y el toro fue a más, con celo y emotividad, y el rejoneador se fue de frente en tres ocasiones, dejando otras dos banderillas al sesgo, en embroques apretados que arrancaron el aplauso de la gente.

Banderillas cortas en la zona de tablas, para enseguida dejar que los Forcados Hidalguenses cuajaran una pega al segundo intento, a un toro que les acometió con temple, como si se tratara de una carretilla.

Dejó dos estocadas contrarias con el rejón mortal que no hicieron efecto, derribándolo al primer golpe de descabello, dando la vuelta al ruedo con el pegador de cara, Andrés Oro del Villar.

Sin duda, un cerrojazo que dejó tema para la reflexión, y buen sabor de boca.

Ficha
Pachuca, Hgo.- Plaza "Vicente Segura". Quinta y última corrida de la Feria Internacional de San Francisco. Casi lleno (unas 9 mil personas), en tarde soleada y de agradable temperatura, refrescando hacia el final del festejo. Seis toros de Santa María Xalpa, correctos de presentación, con varios de ellos en los pelajes característicos del encaste Domecq, bravos a los varilargueros en general y que permitieron el toreo, con algunos sobresalientes como el 1o., aplaudido en el arrastre. Uno de Torreón de Cañas, para rejones, bravo, también aplaudido en el arrastre. Pesos: 505, 460, 450, 485, 480, 470 y 460 kilos. El rejoneador Leonardo Zatarain: Vuelta. Pablo Samperio (tabaco y oro): Oreja y división de opiniones. Luis Gallardo (burdeos y oro): Oreja y vuelta con petición de oreja. Miguel Ángel Roldán (verde botella y oro): Ovación en ambos. Incidencias: Antes de iniciar el festejo, se develó una placa en el patio de cuadrillas en memoria del desaparecido forcado Eduardo del Villar Zamacona. Destacó en varas Jesús Caballero “El Huichapan”, que fue ovacionado, y saludaron en el tercio Fernando García y Fernando Guerrero, tras banderillear al 3o. de la lidia de a pie. Los Forcados Hidalguenses cuajaron la pega al segundo intento y fueron ovacionados.


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