Romero y Flores, premio al esfuerzo (video)
Domingo, 21 Sep 2014
Zacatecas, Zac.
Juan Antonio de Labra | Foto: Felipe Pescador
Romero cortó oreja, igual que Flores
La fuerte tormenta que cayó a partir de la lidia del quinto toro, fue el parteaguas en una corrida en la que los cuatro espadas del cartel estuvieron muy por encima del pobre juego que dio el encierro de José Julián Llaguno, compuesto por varios toros de los cuales tres eran de encaste Domecq (vía Jandilla), otros tantos mestizos y un par más de encaste Llaguno.
Pero lo cierto que las buenas hechuras y presencia de los ejemplares zacatecanos, no tuvo fondo alguno y dieron al traste con las ilusiones de los toreros.
Resultó interesante ver el contraste de generaciones y estilos de los matadores, de los que cortaron sendas orejas los más jóvenes –Antonio Romero y Sergio Flores–, y ambos demostraron que avanzan en la profesión, cada uno en el específico momento que atraviesa.
De Romero cabe señalar que se le vio asentado, y en la faena al primer toro se gustó; estuvo conciso y ceñido, en naturales en los que toreó de uno en uno, pero dándose importancia y sintiendo lo que hacía, lo que en el toreo tiene un significado muy especial. A la hora de matar colocó una estocada certera y le entregaron un apéndice.
En el séptimo, otro toro sin fondo, volvió a torear bien de capote. Con la muleta realizó un trasteo medido ante la escasa colaboración de un toro que no permitió demasiadas florituras y se lo quitó de encima de un pinchazo y una estocada tendenciosa para escuchar las palmas de su gente.
Sergio Flores no pudo hacer prácticamente nada con el cuarto del festejo, y aunque ordenó un castigo muy medido a su picador, el de José Julián Llaguno se paró y no hubo forma de obligarlo a embestir.
Así que en el octavo se esforzó en todo momento con un toro que acudía sin emplearse, pero que le permitió enfibrarse en un trasteo interesante en el que aguantó con valentía embestidas descompuestas, y así fue como le robó pase de valía que el público coreó con entusiasmo. Mató de una estocada tendenciosa y le concedieron una oreja, premio justo al despliegue que había hecho.
El Capea tuvo mucho amor propio y no se pensó ni un segundo que tenía que torear bajo la tormenta, así que ordenó que abrieran la puerta de toriles para que saltara a la arena uno de los dos toros más bonitos de la corrida, un ejemplar de Jandilla de infrecuente pelo colorado hornero, que se paró demasiado pronto.
La gente, que ya estaba tapándose del agua de cualquier manera, aquilató la entrega del salmantino, pues el redondel estaba completamente anegado, con unos 15 centímetros de agua que le cubría hasta los tobillos.
Así le hizo un faena breve y con detalles de esa emoción especial que supone torear bajo la lluvia, antes de darle muerte de una estocada, antecedida de un pinchazo, con la que terminó su labor. Hubo petición de oreja que no fue concedida, quizá porque era difícil advertir pañuelos (todo mundo estaba calado hasta los huesos), y hubiera sido bonito que le concedieran el trofeo como digno premio a su entereza y profesionalismo.
Con el segundo de la tarde, El Capea hizo una faena breve delante de un toro aplomado que se paró pronto y con el que tuvo que cortar por lo sano.
Fabián Barba también tuvo que pasar de muleta al cuarto bajo la lluvia con un toro basto, con mucha cara, estragado, que embistió con la cara por las nubes y con el que el hidrocálido estuvo solvente.
El que abrió plaza, que era un dije, además de cinqueño, tuvo temperamento y no fue fácil. Sin embargo, Barba lo entendió por el pitón izquierdo, con mucha claridad de ideas, pues el de José Julián Llaguno ya le había avisado que podía echarle mano.
Sin darle opción a “pensar” demasiado, Fabián le tapó la cara en un palmo y le dio muletazos de gran mérito que le valieron una ovación en el tercio cuando concluyó con su faena.
Para la última corrida de feria, el domingo 28 de septiembre, se anuncia la presencia de los rejoneadores Rodrigo Santos, Jorge Hernández Gárate, Mónica Serrano y Alejandro Zendejas, que salió del festejo del día 16 y se integró a esta combinación de siete toros de Pilar Labastida que esperemos den buen juego, pues ciertamente el nivel ganadero de esta feria zacatecana anda volando bajo.
Ficha Zacatecas, Zac.- Sexta corrida de feria. Media entrada en tarde soleada, con algunas ráfagas de viento y fuerte tormenta. Toros de
José Julián Llaguno, bien presentados, de poco juego en su conjunto por su falta de casta y movilidad. Pesos: 459, 511, 470, 505, 468, 465, 535 y 495 kilos.
Fabián Barba (burdeos y oro): ovación en su lote.
Pedro Gutiérrez “El Capea” (carmesí y oro): Palmas y ovación tras petición.
Antonio Romero (azul marino y oro): oreja y palmas.
Sergio Flores (azul celeste y oro): Palmas y oreja. Incidencias: Destacó en banderillas
Diego Bricio. La corrida se aplazó 15 minutos para acondicionar el ruedo. Con la anuencia del juez de plaza, los últimos tres toros no fueron banderilleados por las malas condiciones en que estaba le ruedo. Al finalizar el paseíllo los médicos de plaza, encabezados por el doctor
Raúl Cabral Soto, dieron una vuelta al ruedo en reconocimiento a la excelente labor realizada con el banderillero
Héctor Rojas.
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