"Naciste para ser torero, Juan Pablo" (video)
Domingo, 01 Sep 2013
México, D.F.
Jorge Raúl Nacif | Foto: JRN
Cortó dos orejas a un muy buen ejemplar de Xajay y salió a hombros hasta el hotel
"Naciste para ser torero, Juan Pablo", fue el grito que un emocionado aficionado desgranó desde el tendido de sol mientras Juan Pablo Llaguno bordaba el toreo ante el sexto de la tarde hoy en la Plaza México, sentencia que pareció describir el impacto que causó en Insurgentes la presentación de este joven que hoy dejó muy en claro que es un sólido prospecto para llegar a figurar.
Y es que la técnica se aprende y desarrolla… pero la torería y el arte ya se traen desde la cuna. Y al ver a Juan Pablo desenvolverse en el redondel con esa intuición y aires de artista, queda de manifiesto que nació para esto, que el toreo es su vocación y que, mientras siga trabajando con constancia aquello que se puede perfeccionar, podrá consolidarse en esta dificilísima profesión.
La faena que dibujó ante el que cerró plaza tuvo momentos de mucha clase y en los que Llaguno se transportó para torear con el alma. Ni duda cabe que los dos años de preparación que llevó en España le aportaron mayor riqueza a su concepto del toreo y que no fue casualidad la oreja que cortó hace algunas semanas en la Real Maestranza de Sevilla, una de las catedrales del toreo mundial.
El novillo de Xajay acudía a la muleta de Juan Pablo con mucha calidad y, aunque terminó por buscar las tablas, no dejó de ser materia propicia para el triunfo de este chaval. Reposado y acompañando siempre con la cintura, dándole dimensión a los muletazos, provocó los olés más sonoros de la novillada al torear con la diestra. Y aunque el izquierdo no era el mejor perfil del ejemplar, se enfribró para también construir bellos pasajes al natural, caminándole de maravilla al de Xajay.
La cereza en el pastel fueron los adornos con los que preparó al novillo para la muerte, como cambiados de mano, una trincherilla y los pases del desdén que le resultaron como para un cartel de toros. Con cabeza fría, quiso "borrar" el pinchazo que resultó del primer intento con el acero, para luego sepultar una estocada entera que, aunque fue de efectos lentos, no enfrió a un público que estaba ya muy caliente con la actuación del queretano.
Y aunque algunos le pitaron las dos orejas, la mayoría del público estuvo de acuerdo y aplaudió la concesión de los dos trofeos, pues más allá del pinchazo… hoy vimos torear bien, y bien de verdad. Así, Juan Pablo remató una tarde que bien pudo ser de tres orejas, pues al fallar con la espada perdió quizá un apéndice del primero de su lote, delante del que también mostró sus credenciales.
A este tercero de la tarde lo recibió con tersos y toreros lances a la verónica, que fueron la mejor carta de presentación. Llevó al novillo al caballo y no perdió la oportunidad de hacer un quite. Con la muleta, poco a poco le fue tomando el aire a un novillo que tenía cierta transmisión y que tendía a protestar, hasta que pudo recetarle muletazos con mucho empaque.
Continuó por esa senda Llaguno, con esa difícil facilidad de andar frente a la cara de un astado. Al final, saludó una sincera ovación desde el tercio, palmas que reconocen las cualidades que este muchacho puso de manifiesto. Es cierto, falta mucho todavía en su carrera… pero el de hoy es un paso importante.
Ricardo Frausto volvió a La México y de nueva cuenta tuvo una actuación sólida y muy solvente, misma que deja ver que está para recibir la borla como matador de toros, pues anda desahogado ya con los novillos. Para su mala fortuna, los ejemplares que enfrentó esta tarde no se prestaron del todo para el lucimiento.
Su primero, al que recibió con asentadas y suaves verónicas, metía la cabeza con destellos de calidad, pero tuvo poca duración y muy pronto se apagó, algo que manifestaba ya desde los primeros tercios. Ricardo hizo el esfuerzo, pero el ejemplar embestía sin mucho lucimiento y se quedaba parado al querer ligar el tercer muletazo, y después ya se quedaba corto, de tal forma que el trasteo no pudo llegar a más.
Insistente anduvo delante de su segundo y la faena fue larga, ya que Frausto le fue paciente y lo consintió, de tal suerte que logró extraer algunos muletazos de estupendo acabado, pero sin que ludiera haber la ligazón que hubiera deseado. Profesional y muy metido en lo suyo, intentó hasta una dosantina, mostrando el estupendo sitio que trae a cuestas. Remató de una muy buena estocada y al final escuchó palmas mientras se retiraba a la barrera.
Para Ávila de la Torre, la de hoy fue una tarde complicada y las cosas no rodaron como anhelaba. El primero de su lote tenía movilidad, pero no era fácil pues contaba con un punto de violencia y tendía a desarrollar algo de genio, por lo que tenía mucho que toreársele. Héctor estuvo esforzado, aunque le costó trabajo terminar de centrarse con su enemigo, al que finalmente toreó por la cara para después rematar su labor.
El quinto de la tarde hizo cosas extrañas de salida, pues manseó, pero llegó al tercer tercio con fuelle y recorrido para terminar embistiendo de una forma muy interesante. Los mejores instantes de Ávila de la Torre fueron al torear por naturales, pues regaló algunos de bella factura, pero la faena no logró tomar vuelo y estos momentos se diluyeron, mientras que en ocasiones el viento le incomodó al igual que a sus alternantes. En medio de pitos se retiró a la barrera, pues se puso muy pesado con el estoque y escuchó dos avisos.
Y así, llevado en hombros por las calles hasta el hotel, Juan Pablo Llaguno le puso nombre y apellido a esta novillada y a lo que va de la Temporada Chica, pues es el primer novillero dentro de este serial que abre de par en par la puerta grande del monumental coso de Insurgentes. Sin echar por supuesto "campanas al vuelo", hoy quedó claro que en él puede forjarse un torero muy importante y su actuación ilusiona.
Ficha México, D.F.- Plaza México. Novena novillada de la Temporada Chica. Unas 4 mil personas en tarde soleada, con algunas ráfagas de viento. Novillos de
Xajay, bien presentados y de interesante comportamiento, de los que destacaron 5o. y 6o. por su calidad, éste último premiado con arrastre lento. Pesos: 418, 406, 415, 392, 432 y 420 kilos.
Ricardo Frausto (lila y oro): Palmas en su lote.
Ávila de la Torre (blanco y plata): Silencio y pitos tras dos avisos.
Juan Pablo Llaguno (canela y plata con remates negros): Ovación y dos orejas entre algunas protestas. Incidencias:
Llaguno dio dos vueltas al ruedo tras la lidia del 6o., una de ellas en compañía del ganadero
Xavier Sordo. Durante la lidia de su primero,
Llaguno sufrió un fuerte golpe que le hizo perder un diente. En sus dos novillos,
Ávila rivalizó en quites con
Juan Pablo.
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