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Ricardo Rivera se recupera de una cornada

Viernes, 23 Ago 2013    Bogotá, Colombia    Rodrigo Urrego | Especial   
Se recupera de la cornada sufrida en Palmira
Ricardo Rivera ha vuelto a ser noticia. El pasado domingo 18 de agosto, en una dramática tarde, se erigió como máximo triunfador de la corrida de la feria de Palmira, la más importante del calendario de mitad de año en Colombia. Cortó tres orejas a un encierro de Paispamba y salió a hombros de la plaza "Agustín Barona Pinillos! junto al también colombiano Andrés de los Ríos que cortó dos orejas.

Fue un triunfo dramático y épico que Rivera tuvo que pagar con el tributo de su propia sangre. "Soltero", un castaño albardado de Paispamba, primero de su lote, lo cogió de fea manera cuando la faena de muleta apenas despegaba. Le metió el pitón por la ingle y le propinó una cornada, milagrosamente limpia, que se extendió 16 centímetros hasta el abdomen.

Fue una cornada silenciosa. Nadie en la plaza se percató de las consecuencias del percance. Aunque una mancha de sangre se asomaba por la taleguilla destrozada, Rivera decidió tragarse el dolor y soportar en silencio la nueva herida que tenía en su cuerpo.

Rivera se repuso y se encaró con el toro de Paispamba, muy cerca de las tablas, lugar que el toro había preferido para defenderse ante el desafío que le planteaba su matador. En ese lugar, el torero de Cali se obstinó en hacerle faena, aun cuando el sentido común sugería lo contrario. A pesar del dolor, que tragaba y aguantaba en la soledad del ruedo, el torero consiguió someter a su oponente, pasárselo cerca de su cuerpo, hasta conseguir como premio una oreja del animal, no sin antes soportar un varetazo en su quijada, en el momento en que se echó sobre el morrillo para sepultar la espada.

Apenas era el segundo de la tarde de una corrida especial para Rivera volvía a la plaza de Palmira, precisamente ese ruedo en el que, 365 días atrás, había marcado esa especie de resurrección tras haber pasado un año entero sin vestir el traje de luces ni en Colombia ni en México. Aunque el dolor en su cuerpo crecía con el correr de los minutos, Rivera se negó a meterse al túnel de la enfermería. Ahí, en las tablas de la barrera, aguantando la respiración hasta que saliera el quinto de la tarde, el que le podría ofrecer las llaves de la puerta grande.

Un triunfo que llegó gracias las nobles y codiciosas embestidas de "Burrito", que inspiraron a Rivera para ligar unas series de muletazos llenos de intensidad y entrega. La misma que tuvo a la hora de matar, y que le significó el premio de las dos orejas.

Rivera, con el triunfo en la mano, siguió rehusándose a visitar la enfermería y se obstinó en salir a hombros. Sólo hasta el momento en que cruzó la puerta grande aceptó meterse en una ambulancia. En una clínica de la ciudad se comprobó que no se trataba de un puntazo, y que el pitón del toro había recorrido 16 centímetros de forma ascendente.

Tras la cirugía, los médicos le ordenaron tres semanas de quietud que el torero tendrá que desatender. La próxima semana lidiará un toro a puerta cerrada en el mismo ruedo de la plaza de Palmira que servirá para ponerse a punto frente a su próximo compromiso. El domingo 1 de septiembre está anunciado en la plaza de toros de El Tambo (Cauca), donde lidiará toros de Puerta de Hierro y alternará con el líder del escalafón colombiano, Sebastián Vargas, y con Gustavo Zúñiga.

Será el cierre de un periplo que lo tuvo tres meses en su país antes de regresar a México donde ha fijado sus objetivos en la plaza Nuevo Progreso de Guadalajara y en la confirmación de alternativa en la monumental del Distrito Federal.

Rivera, además, está anunciado el próximo mes de septiembre en Florencia donde alternará con Andrés de los Ríos y José Fernando Alzate, y ha firmado una corrida en la próxima feria de Cali.

El año 2013 de Rivera

Tras un año sin haber vestido el traje de luces, el 19 de agosto del año pasado Ricardo Rivera inició el año de su resurrección taurina. Una campaña que inició precisamente en Palmira y que supuso su regreso a las ferias de primera categoría en Colombia tras varios años radicado en México.

Cali, Popayán y Medellín hicieron parte de ese regreso a las ferias. En Cali tuvo una destacada actuación ante toros de Salento, en Popayán alternó con Luis Bolívar y Pablo Hermoso de Mendoza, y en Medellín donde se erigió triunfador en la corrida concurso de ganaderías al cortarle las dos orejas a un toro de Santa Bárbara.

La primera parte del 2013, Rivera hizo tres paseíllos en México: Arandas, Guadalajara y Tepatitlán. En junio regresó a Colombia donde sumó otras tres corridas con triunfos contundentes: 4 orejas en Paicol ante dos toros de Puerta de Hierro; 4 orejas y un rabo tras en Toribío donde indultó un toro de Ernesto González Caicedo; y tres orejas en Palmira en la tarde donde sufrió una cornada.

Trece tardes en 365 días que han significado para el torero de Cali quizás el año de mayor actividad desde aquel 2008 en el que tomó la alternativa. Rivera ya tiene confirmadas dos actuaciones, en octubre hará el paseíllo en Florencia (Colombia) donde alternará con Andrés de los Ríos y José Fernando Alzate, y ya fue anunciado por la empresa de Cali como parte del elenco de toreros nacionales para la próxima feria en Cañaveralejo.


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