Parecía que la terna se iría en blanco esta tarde por las fallas con la espada, sin embargo el buen manejo de la misma por parte de Octavio García "El Payo", dio un vuelco en el último momento al resultado del último festejos de la Feria de Teziutlán.

La faena tuvo sabrosos muletazos dado el buen estilo del ejemplar de Cuatro Caminos Al entrar El Payo a matar encontró los blandos, doblando rápido el toro y con la misma rapidez le entregaron las dos orejas pese a algunas protestas. 
 
Había estado Octavio discreto lanceando a su primero que no era fácil, intentó hacerlo pasar en el arco de los muletazos pero el genio del toro influyó para que el queretano desistiera, después de tres pinchazos dejó la estocada definitiva escuchándose una división de opiniones.
 
Es raro ver a Arturo Macías en los aprietos que pasó ante su primero; de escasa presencia, se revolvió sobre el capote y después de empujar en un puyazo vino un quite por saltilleras, a la postre lo más torero del hidrocálido esta tarde. Por el castigo el morito se volvió algo tardo, pero al reponerse embestía con fuerza haciendo hilo con el diestro y en dos ocasiones, lo llevó casi de tercio a tercio a punto de cogerlo; como además pinchó hubo división de opiniones.
 
El segundo de su lote salió con el pitón izquierdo flojo lo que de inmediato protestó el público para que se cambiara. El sustituto peleó con codicia en el caballo, hubo luego un quite embarullado sin embargo, muy dispuesto Arturo inició de rodillas en los medios con la mano derecha y lo mismo de pie aunque sin limpieza;  cuando el astado perdió gas pidió la "Pelea de Gallos" acompañando así el toreo accesorio en el que abundaron los desplantes. Un pinchazo barrenando antes de dos más y la estocada para escuchar nueva división de opiniones.
 
El primero de Fermín se frenaba desde el capote, con la muleta le fue pudiendo hasta hilvanar series con aguante y mando pese a que el toro se frenaba y lo buscaba; medio espadazo tardó en hacer efecto pero remató certero al primer golpe de descabello, escuchó palmas.
 
Para nuestro gusto la faena de la tarde fue la realizada por Fermín en el quinto, un toro feo de hechuras pero que siempre embistió donde lo llamaban. Hubo tersura en los muletazos del potosino por ambos perfiles, ligando con temple y rematando con precisión, teniendo ya el triunfo en la espuerta, pero pinchó varias veces antes de escuchar un aviso. A final la gente lo despidió con palmas.