A poco más de cuatro años de la gravísima cornada de femoral que sufrió en "El Relicario" de Puebla, misma que casi le arrebata la vida, Enrique "El Cuate" Espinoza mantiene intacto el anhelo de poder volver a vestir el traje de luces y reaparecer en los ruedos.

En la actualidad, el matador regiomontano lleva algunos meses radicando en la ciudad de Houston, en Estados Unidos, y colabora estrechamente con la empresa que monta festejos incruentos en la región, por lo que continúa ligado a la Fiesta y, cada vez con mayor fuerza, desea volverá torear.

"Estoy ahora en Houston, trabajando aquí con la empresa que organiza los festejos taurinos. Mantengo firme la ilusión de volver a los ruedos y la verdad que estos años después de la cornada no han sido fáciles. El principal problema derivado de aquel percance fue en el pie derecho y no había podido quedar bien. He consultado especialistas y a últimas fechas parece que va mejor, pues además ya casi no siento dolor y hay más movilidad", comentó El Cuate.

Asimismo, Enrique comentó que no ha toreado en el campo desde hace algún tiempo, cuando se probó. El deseo de regresar a los ruedos lo motiva a seguir adelante y considera que su reaparición sería algo muy bonito en lo personal, más allá de todo lo demás.

"Volver a los ruedos sería algo muy importante, un reto muy personal y muy íntimo; lo que más anhelo es volver a torear y lo voy a lograr, simplemente, por mí y para mí. La verdad es que muero de ganas, incluso tengo que aguantarme el deseo de salirle a alguno de los toros que desembarcamos aquí para los festejos", expresó.

Aquella cornada de Puebla la sufrió un 5 de junio de 2005. El pitón del toro de Reyes Huerta penetró en el tercio superior del muslo derecho con dos trayectorias; la segunda, de 30 centímetros, seccionó completamente la vena femoral, así como la iliaca, mientras que la arteria femoral presentó dos lesiones parciales.