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Sergio se manifiesta y Uceda se sublima

Jueves, 06 Jun 2013    Madrid, España    Juan Antonio de Labra | Foto: Emilio Méndez           
El mexicano resultó herido y su padrino cortó una oreja

De antemano se intuía que Sergio Flores iba a salir decidido a todo hoy en Madrid; inclusive a cambiar el triunfo por una cornada, pues el tlaxcalteca se ha forjado con la misma mentalidad y ambición que sus compañeros de Tauromagia Mexicana y sabía bien a qué venía a Las Ventas en la tarde de su confirmación de alternativa en la que su padrino, Uceda Leal, se sublimó con mucha categoría.

Y ocurrió lo más lamentable para el mexicano: sobrevino una cornada de esas que sirven para contribuir a la cuota de sangre de los toreros cuando salen a entregarse, con la clara idea de lo que quieren en la vida. De esta manera, la corrida tuvo un amargo sinsabor del percance sufrido por Sergio y el triunfo alcanzado por el maestro Uceda Leal. Así es el toreo: la cruz y la cara en cuestión de minutos. Incertidumbre pura… y a veces, dura.

A reserva de esta circunstancia que dejó el ambiente un tanto enrarecido tras la lidia del toro de de la ceremonia, el joven tlaxcalteca dejó constancia de sus excelentes maneras; de su pausado andar sobre la arena; de una seguridad pasmosa y un toreo profundo, de ceñimiento y sentimiento, dos cualidades que trascienden mucho al tendido.

Porque resulta innegable que la gente que había en la plaza siguió la actuación de Sergio Flores con un profundo interés, el que despierta la actitud de un torero que se mostró muy firme desde que se abrió de capa con "Jareño", el hondo y serio toro de Juan Manuel Criado que desplazó sus 590 kilos con cierta transmisión en la muleta del tlaxcalteca.

Y así, con estructura y mando, Sergio fue elaborando una faena sobria y recia en la que abrochó las series por ambos pitones con señeros pases de pecho hasta que, ¿acaso en un descuido? ¿o sería exceso un de confianza e inexperiencia?, el toro lo prendió de fea manera hiriéndolo en el muslo derecho, a la altura de la rodilla.

El dolor era evidente, como también que sería difícil dar muerte al toro con eficacia para cortarle una meritísima, pues apenas podía apoyar la pierna, lo que se agravó tras la paliza en el momento de colocar la media estocada que acabó con la existencia de "Jareño" y con las ilusiones de Sergio, que tenía la firme intención de redondear una tarde importante en Madrid.

Ya no pudo dar un paso más el tlaxcalteca, que fue conducido a la enfermería por dos de sus banderilleros, sin que ninguno de los monosabios o demás personal de plaza que estaba cerca se acomidiera a ayudar al ver que los hombres de plata de su cuadrilla iban batallando al cargarlo.

Así concluyó su actuación en la que dejó una magnífica tarjeta de presentación y el convencimiento que, a escasos meses de su alternativa en Bayona, con apenas 14 de corridas en el cuerpo, Sergio Flores tiene una proyección de figura del toreo. Al tiempo.

El resto de la tarde fue de Uceda Leal, que cuajó una faena hermosa, por su torería y temperamento, al cuarto toro de la tarde, un sobrero, cinqueño, de González Sánchez-Dalp, que metió la cara con mucha clase. A veces hasta planeaba en la muleta del espigado madrileño. ¡Que se sintió torero José Ignacio! Y se animó a demostrar que el desgarro habita en los artistas de su callada mística, esa que, de tanta introspección, en ciertos días le impide conectar más ampliamente con el público.

Por eso llevaba una amplia sonrisa en la vuelta al ruedo mostrando la oreja conquistada; porque había sufrido para conseguirla y en ese sendero de superarse a sí mismo, logró expresar muchas cosas bonitas con el clasicismo y el fondo de los toreros veteranos, esos que siempre tiene mucho que decir.

La estocada, en corto y por derecho, fue deletreada. El torero del barrio de Usera entró a matar con la misma despaciosidad con la que había toreado y colocó el acero de manera contundente, en todo lo alto; rúbrica perfecta a una obra de excelente concepto taurino.

Reconfortado de haber sentido el toreo, y de haber transmitido este mensaje al público, Uceda se topó, en sexto lugar, con un toro destartalado, el que debía completar el lote de su ahijado Flores. Y, obviamente, no pudo hacer nada delante de un toro manso que quiso brincar dos o tres veces al callejón y terminó sacando genio. Las hechuras no mienten, pues.

Curro Díaz se contagió de la forma de torear de Uceda y también trató de hacer muy bien las cosas, lo que consiguió sólo a medias con el tercero, un ejemplar noble que duró poco en su muleta. El torero de Linares buscó emplearse con el quinto, que era un toro grande y serio, que embistió con poder y malas ideas, así que no fue posible entonarse. No obstante, se le agradece su disposición.

Ficha
Madrid, España.- Plaza de Las Ventas. Feria del Arte y la Cultura. Media plaza en tarde soledada. Cinco toros de Juan Manuel Criado, bien presentados, salvo el 6o., de poco juego, algunos nobles aunque sin fondo de bravura. Y un sobrero de González Sánchez-Dalp (4o.), con clase. Pesos: 590, 530, 525, 543, 584 y 561 kilos. Uceda Leal (azul noche y oro): Ovación, oreja y palmas en el que mató por Flores. Curro Díaz (azul celeste y oro): Ovación y silencio. Sergio Flores (nazareno y oro): Palmas en el toro de la confirmación tras ser herido. Confirmó con el toro "Jareño", número 32, negro listón, con 590 kilos. El parte médico de Flores, firmado por el doctor García Padrós dice lo siguiente: "Herida por asta de toro en tercio inferior, parte interna, del muslo derecho, con dos trayectorias: una hacia adentro y hacia arriba que causa destrozos en el músculo aductor y alcanza el fémur. Otra hacia afuera, que alcanza la cara externa tercio inferior, de 15 centímetros. Contusión de la articulación de la rodilla. Herida contusa en región superciliar derecha. Ligera conmoción cerebral. Contusiones y erosiones múltiples. Pronóstico grave que le impide continuar la lidia. Fue intervenido bajo anestesia general en la enfermería de la plaza y se traslada a la Clínica La Fraternidad".

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