El festejo no ofrecía grandes expectativas por el escaso juego que estaba dando el ganado, y fue a partir del tercer novillo al que desorejó Karla de los Angeles, y Alfonso Mateos que logró iguales premios en el cuarto, cuando el panorama cambió y la noche cobró mayor interés, pues también el queretano Santiago Fausto tuvo una actuación muy torera.
 
Seguramente el paso de Alfonso Mateos por cosos tapatíos, concretamente el de Guadalajara, le han dado seguridad y la reflejó esta noche. El primero se escupía del engaño pero lo enceló cujándole naturales que le aplaudieron, y en tablas dejó ver sus recursos. Media estocada tendida y un descabello  fueron seguidos de fuerte ovación.
 
Con "Repijo", el único bueno al que premiaron con la vuelta, dejó ver su toreo a la verónica y empezó a levantar presión en el quite por chicuelinas, seguido de uno por gaoneras de Santiago Fausto en gallarda disputa por las palmas; encastado Alfonso le dio la réplica con el mismo lance poniendo la plaza a tono para lo que vendría. Sorprendió al cubrir lucidamente el segundo tercio; y volvió a pisar fuerte en su trasteo sobre ambas manos entre gritos de ¡torero, torero! El público estaba entregado, y él hizo lo mismo al matar de media estocada bien colocada, para recibir las orejas con petición de rabo, dando dos vueltas, una en compañía del ganadero.
 
La gente le respondió con fuerza a Karla desde que se abrió de capa, pero un error le costo peligrosa voltereta. Se sobrepuso y corrió bien la diestra con aguante y temple al hilvanar las series; se fue en rectitud tras el acero, quedando algunos instantes  prendida de la chaquetilla, pero la media estocada fue suficiente para que le entregaran las orejas.
 
Grata impresión dejó aquí Santiago Fausto en su anterior actuación; hoy la confirmó entendiendo bien a los astados gracias a su oficio. Llevó muy bien a su primero prolongando el recorrido, y de no fallar con el acero se lleva un trofeo,  escuchó un aviso y luego muchas palmas.
 
Nos gusto mucho con el quinto que no ofrecía posibilidades, pero después de que lo banderillearon como pudieron, Santiago lo metió en la muleta, consiguiendo series templadísimas, haciendo que el novillo se viera mejor, incluso ligó dosantinas y pases cambiados por la espalda. Media estocada no fue suficiente, sonó el aviso y volvió a perder otro premio, retirándose entre palmas.