Pablo Hermoso de Mendoza brindó una gran tarde de toros hoy en Ciudad Juárez, Chihuahua, pues paseó un total de tres orejas y un rabo, mientras que el matador Fermín Spínola lo acompañó en la salida en volandas ya que cosechó un par de apéndices.

Fue fue un lleno total agotándose el boletaje; en los tendidos se realizo una fiesta popular sin distinguir clases sociales y se sentía su alegría en todo vigor. Recordaremos aquellos destellos de cada alternante, quienes pusieron su granito de arena para lo vivido en esta fiesta.

La tarde de hoy fue significativa, ya que el coso estreno arena nueva en el redondel y lo vimos los presentes que estaban muy atentos los toreros del mismo ruedo que en dos ocasiones tuvieron que meter la aplanadora. Después del paseíllo, se le entregó un reconocimiento al buen amigo Pepe Iglesias, que duró en consignas de una plaza de toros 40 años y este día se retiró.

Ya en el orden de la lidia, Fermin Spínola estuvo muy entregado a pesar del viento. Con su primero inició con verónicas teniendo un extraño desarme de capote, para llevar después al astado al caballo con chicuelinas. Con la muleta realizó cuatro tandas de derechazos y una por naturales, para después ejecutar la suerte suprema con un pinchazo y estocada, todo quedando aplausos.

Recibió a su segundo con farol de rodillas y continuó con verónicas; recibe el toro una sola vara para después el mismo poner banderillas, destacando  el primer par y el ultimo al violín. El astado fue de más a menos y Spínola se metió a los terrenos del toro para empezar a sacarle los pases; en terreno prohibidos toreó de rodillas y después en redondo, transmitiendo al publico para después ejecutar la suerte suprema en todo lo alto y recibir a petición las dos orejas.

Reconocemos que el maestro Pablo Hermoso de Mendoza es considerada la primera figura mundial del rejoneo y lo demostró con creses ante esta afición que llenó el coso en donde realizó una estupenda faena ante su primero, acompañado de esos caballos que le ayudaron hacer las mas hermosas suertes del rejoneo para después cortar las orejas y rabo.

El quinto de la tarde permitió a Hermoso de Mendoza demostrar nuevamente lo que es su tauromaquia. Repitió las mismas suerte de este arte y evocando a  Carlos Arruza  poniendo dos pares de banderillas, para después recibir una oreja  tras de un rejonazo efectivo.

A Juan Pablo Sánchez se le ve la hechuras de torero grande. Delante de su primero estuvo muy bien, toreando con mucha cadencia, recibiéndolo con un farol de rodillas y realizar un buen toreo de capa. Con la muleta estuvo enorme con ambas manos ante un toro de mucha bravura, pero débil; lo toreó tan despacio que efectivamente paró el tiempo, pero perdiendo así los trofeos con la espada.

Con el que cerró plaza, Sánchez no tuvo mucho que hacer pues fue el toro menos propicio de la tarde, así que solamente pudo estar esforzado.