Juan Pablo detiene el tiempo en Texcoco
Sábado, 06 Abr 2013
Texcoco, Estado de México
Jorge Raúl Nacif | Foto: Sergio Hidalgo
El matador hidrocálido cuajó al cuarto, el mejor toro de la tarde
El temple de Juan Pablo Sánchez brilló en la penúltima corrida de la Feria de Texcoco y encandiló a los aficionados que se dieron cita en la plaza "Silverio Pérez" donde, a la postre, se alzó con un rotundo triunfo de tres orejas y salida en volandas, consolidándose como el máximo triunfador del ciclo ya que paseó dos trofeos en su primera actuación.
La faena de la tarde, y una de las mejores de la feria, fue la que el artista hidrocálido cuajó ante el cuarto, un ejemplar de Julián Hamdan que fue todo nobleza y que tenía recorrido al acudir a los engaños. Centrado y asentado, Juan Pablo pulseó magníficamente las embestidas en las primeras tandas por derecha y el resultado cuajó en muletazos muy lentos e interminables, mismos que hacían prolongar el olé de los espectadores.
Ya bajo los acordes de "Pelea de Gallos", y luego de un cambio de mano fenomenal, Juan Pablo trazó al natural y dibujó una serie de categoría en la que los muletazos resultaron largos, especialmente uno de éstos, que fue auténticamente de pintura. Luego vino el toreo en redondo y el de Aguascalientes regaló hasta la dosantina, redondeando una faena de altos vueltos.
Un bello pase del desdén rubricó la belleza del trasteo y con determinación se fue tras la espada para colocar una muy buena estocada, misma que tuvo efectos rápidos y las dos orejas fueron a parar a las manos de Juan Pablo, mientras que el de Julián Hamdan fue premiado con el arrastre lento.
El ejemplar que abrió el festejo era noble y tenía calidad. Y a pesar de la escasa fuerza, su voluntad para embestir le permitió a Juan Pablo estructurar una faena en la que brillaron los templados muletazos con la mano diestra. Entendiéndolo, el hidrocálido no lo forzó y, toreándolo a media altura y muy en la línea, le extrajo momentos que calaron en el tendido. Tras una estupenda estocada, paseó una oreja.
Diego Silveti también tocó pelo en este festejo, denominado "de las tres S". Lo anterior ocurrió ante el sexto de la tarde, toro que tenía movilidad aunque salía con la carita a media altura y vino a menos de mitad de faena en adelante. El guanajuatense inició estoico en el centro del ruedo para torear por alto y remató la primera tanda con un cambiado por la espalda con la sarga en la siniestra.
En adelante, Diego estructuró un trasteo vibrante y valiente, en el que también corrió la mano y aderezó en los remates con su carismática personalidad. Hubo especio también para la variedad, cuajó además una dosantina y templó en redondo, en lo que fue una faena muy del agrado de la gente.
Al final, las bernardinas le granjearon ovaciones, pues se pasó cerca los pitacos del burel. En la suerte suprema consiguió media estocada, misma que fue efectiva y le permitió pasear una oreja, convirtiéndose también en uno de los triunfadores de la presente edición de la feria.
El primero de su lote, pese a que acudió bien en los lances de inicio, comenzó a andar descoordinado antes de pelear con el picador; se le pegó muy poco y quizá le faltó sangrar, de tal forma que esta situación no se resolvió y el toro poco se prestó para el lucimiento durante la faena y, con inteligencia, Silveti prefirió abreviar.
La tarde no fue sencilla para Arturo Saldívar, que finalmente se fue de vacío a pesar de notarse esforzado y voluntarioso. Su primero, al que pensamos le faltó un puyazo, tuvo una bravura seca que derivó en un punto de genio, de tal forma que nunca le permitió estar a gusto; aunque hubo momentos de buen acabado, el trasteo no tomó vuelo y, al final, la gente le aplaudió pues se mascó el peligro durante la lidia y el joven espada supo solventarlo.
El segundo de su lote tuvo poco fuelle y, aunque no precisamente con mal estilo, era tardito y vino mucho a menos. Saldívar le pisó sus terrenos y, cruzándose, intentaba provocarle la embestida, logrando algunos naturales de muy bella factura. Al final, el trasteo no levantó del todo y, con ganas de agradar, decidió regalar un toro.
Este burel fue de La Joya y tuvo un comportamiento extraño, pues al inició acometía con bravura pero terminó por rajarse y buscar las tablas, doblando contrario y manseando. Arturo de nueva cuenta dejó patente el esfuerzo y endilgó derechazos que calaron en el tendido, pero sin que la faena lograra despegar.
Ficha Texcoco, Estado de México.- Plaza "Silverio Pérez". Quinta corrida de feria. Dos tercios de entrada en tarde de temperatura agradable, pero con algunas ráfagas de viento y ligera llovizna en el 5o. Seis toros de
Julián Hamdan, correctos en presentación y de juego desigual, de los que destacó el 4o. por su calidad y fue premiado con arrastre lento. Y uno de regalo de
La Joya (7o.), encastado al principio luego terminó rajándose. Pesos: 470, 485,490, 510, 495, 486 y 486 kilos.
Juan Pablo Sánchez (durazno y oro con remates negros): Oreja y dos orejas.
Arturo Saldívar (sangre de pichón y oro): Palmas, silencio y palmas en el de regalo.
Diego Silveti (nazareno y oro): Palmas y oreja. Incidencias:
Juan Pablo no salió a hombros debido a que se marchó a la muerte del 4o., previa autorización del juez de plaza, ya que debía trasladarse al aeropuerto para viajar rumbo a Ciudad Juárez, donde torea mañana. Por su parte,
Gustavo Campos saludó tras banderillear al 4o. con mucha eficacia.
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