El Pana tentó en La Soledad, y desde ahí precisamente vuelve para torear, donde se mostró alegre como pocos, irónico con arte, ocurrente como siempre y con una apariencia física más propia de torero, ya que bajo 8 kilos de peso y se encuentra listo para volver a vestirse de luces el próximo domingo 15 de marzo en Pachuca.
En este intenso entrenamiento, nos deleitamos con su capote y su muleta; hizo gala de sus facultades en las banderillas, y nos confesó sus anhelos e ilusiones: habló de infiernos y pasiones en los que ha caminado últimamente.
-¿Pana, dónde estabas? ¿Qué pasó con tu vida?
-El 16 de septiembre fue mi última corrida en Apizaco, de ahí me interné el 22 de septiembre en un centro de lucha contra las adicciones y logré salir hasta el pasado 18 de enero. Fueron cuatro meses muy duros pero muy fructíferos para mí.
-¿Qué recuerdas de esos momentos?
-No te podría decir con exactitud. Fue como una laguna; no recuerdo nada, sólo que mi madre me fue a internar sin saber el día o fecha, y sólo sé que salí el 18 de enero en perfecto estado de sobriedad. Y fíjate que en esos centros de lucha contra las adicciones, mucha gente que estamos “entorilada” ahí, no nos acordamos de nada. O tal vez es tanto el dolor que preferimos borrar cualquier recuerdo de la mente.
-¿Comó te encuentras ahora?
-Pues ahora estoy muy fortalecido, física, espiritual y moralmente.
-¿Qué religión profesas o en quién o qué confías?
-Soy católico, de lo cual me siento realmente orgulloso. Sobre todo tengo fe; una creencia muy grande y temor de Dios, al que le agradezco infinitamente, pues ha sido muy misericordioso conmigo, me ha dado siempre más de lo que he merecido.
-¿Tú lo ves así, lo crees?
-Después del milagro del 7 de enero del 2007, con los toros de Garfías en la Plaza México, alguien me dijo: “No le vayas a escupir la cara a Dios llevándote esa copa de vino a la boca". Y lo hice. Y mira, sólo Dios sabe por qué pasan las cosas. Antes de internarme, pues yo no me sentía bien físicamente, estaba a medio gas, andaba a "mitas", era medio torero y medio golfo. Eso solo era media vida. Y ahora, gracias a Dios, en la clínica me enseñaron a decirle no a la primera copa.
-Han pasado más de dos años de aquella maravillosa tarde en La México, ¿cómo recuerdas la que se suponía que era tu despedida de los ruedos?
-Pues fue, como te dije, no solo la tarde del milagro, sino que fue la tarde de la resurreción del Pana y de la Fiesta en México. Porque estaba muy triste el panorama y yo lo vine a animar un poquito, ¿o no?
-¿Y a casi un año de torear en el Palacio de Vistalegre de Madrid, qué piensas?
-En España por desagracia no vieron o no pudieron ver al verdadero Pana. La corrida de Núñez del Cuvillo no funcionó. No tengo que hacer gran comentario al respecto. Espero poder hacer este año unas corridas por la “Madre Patria”.
-Bueno, y hoy, ¿que quiere o anhela Rodolfo Rodríguez para el Pana?
-Como adicto, soy hombre de un solo día; y ese día es hoy. Las personas de nuestra condición no pensamos en el futuro.
-¿Y como torero?
-Soy torero de una sola tarde. Vivo al día. El Pana es un torero que va de la luz a la sombra. No se que pueda pasar en mi reaparición en Pachuca, ya estoy mayor y la verdad siendo realistas yo ya no tengo las agallas necesaria para levantarme de una cornada. Yo soy un torero de una tarde, sin estadísticas. No logro ser un obrero del torero, pues lo que más me importa cada día que toreo es dejar huella en el espectador.
-¿Eso no te complica tu carrera taurina?
-Pues soy un torero que se va ganando las fechas en cada actuación. Así ha sido siempre. Ese sino me lo dio mi ser superior. Entonces los aficionados o me quieren o me odian de una vez y para siempre.
-¿Qué corridas tienes por delante?
-El 15 de marzo toreo en Pachuca; el 21 de marzo, en Apizaco toreo; y en Texcoco el 4 de abril. De momento esas son las fechas que tengo firmadas y ya Dios dirá.
-Qué pasó esta temporada con la Plaza México, ¿hubo interés en contratarte?
-La verdad es que yo apenas salí el 18 de enero de mi rehabilitación, y la temporada estaba muy avanzada. Era a destiempo y el horno del pan no estaba para bolillitos. Los carteles ya estaban hechos. Mejor me preparo fuertemente para la temporada española y luego vendré así a hacer una buena temporada mexicana.
-¿La campaña española esta concretada, tienes fechas y apoderado?
-Yo solo te digo una cosa, como que Dios esta vivo, lo que más lejos parece es lo que tenemos más cerca. Te lo digo yo, que vengo de la nada; que cuando nadie esperaba de mi en el toreo, vino el milagro del 7 de enero. Una tarde mágica y de emociones, que la gente le dio por llorar. Y ahí esta el torero, mientras siga conservando su estado de sobriedad.
-¿Cómo es esa relación de la plaza de Insurgentes con El Pana?
-Es mi plaza, es mi público. La gente me lo grita, si se me da mal en un toro la gente se para y me grita: “Te esperamos, Pana, venga”. Que yo recuerdo eso solo se lo gritaban a "San Fernado" de los Reyes "El Callao", mi torero.
-¿Se puede afirmar que Rodolfo Rodríguez está en paz con El Pana?
-Sí: Rodolfo Rodríguez esta en paz con El Pana. Alguna vez Rodolfo Rodríguez era el peor enemigo de El Pana. Hoy es distinto porque Rodolfo esta apoyando la carrera de El Pana. Van en sintonía el hombre y el torero.